El 9 de noviembre de 2019 quedó grabado a fuego para siempre para Colón. No solo por jugar su primer final internacional en la Copa Sudamericana, sino también por la infernal movilización de la gente, con cerca de 40.000 almas en el estadio la Nueva Olla de Asunción, Paraguay. Sin embargo el destino no quiso que alcanzara el título, ya que Independiente del Valle terminó consagrándose campeón de manera justificada, ya que fue superior durante todo el partido.
El tiempo pasó y da la sensación que la herida todavía no sanó. Pero así y todo, para Pablo Lavallén fue un experiencia que lo marcó como entrenador. En diálogo con LT10, el DT contó como está pasando la cuarentena por la pandemia del coronavirus: "Estamos en casa con la familia haciendo un montón de cosas tratando de sobrellevar esta pandemia. Ahora no hay actividad y por eso estamos atendiendo las cosas del hogar más que otra cosa".
De igual modo, busca en todo momento no perder de vista su profesión: "Vas mirando videos y partidos de otras ligas. Vas buscando cosas que te interesen porque no hay nada en vivo. Repasás partidos que no se pudieron ver en su momento. Así descubrimos cosas nuevas para nutrirnos".
Luego, hizo una cruda reflexión de lo que dejó la definición del torneo de la Conmebol junto al equipo Diez en Deportes: "Quizás no me hago un reproche, pero lamento no haber tenido bien a Pulga (Rodríguez) y (Rodrigo) Aliendro, que se lesionó la previa. También me lamento no evitar la lluvia, que también jugó pese a no ser determinante. Sabíamos que era una final y respetamos mucho a Independiente del Valle, que había dejando a rivales importantes en el camino. Las condiciones hicieron más complicado todo. Las finales se terminan ganando por pequeños detalles y ellos lo aprovecharon bien".
"Creo que eran un equipo colectivamente mejor que nosotros, porque venían trabajando hace rato y en el segundo tiempo lo justificaron. Me hubiese gustado tener a los jugadores en plenitud, porque no teníamos a todos al ciento por ciento", agregó el DT.
Una de las críticas de las que fue foco pasó por no marcar a Cristian Pellerano, quien terminó como figura del partido. Ante esto, Lavallén no dudó: "Cada uno puede opinar lo quiera. Ante tal afirmación, yo lo primero que hice al otro día miré qué había pasado, más que nada para comprender si estaba correcto lo que había captando dentro de la cancha. Hasta el minuto 27' el partido estaba parejo, porque no eran superiores a nosotros y Pellerano no era relevante. Si estuvo en el tiro libre que derivó en el gol, pero no dio pases magistrales ni asistencias. Después del parate (por la lluvia) salimos y tuvimos la mala fortuna del golpe inmediato. Después ellos sí utilizaron bien a Pellerano circulando la pelota. Miré varias veces el partido y no encuentro la fábula que vio la gente con un Pellerano gravitante. Pero respeto las opiniones".
Pero siguiendo por el mismo hilo conductor, admitió que "me dio bronca no haberle podido regalar a la gente que llenó el estadio y animó una fiesta, el título. Lo voy a guardar hasta el día que me muera como uno de los recuerdos más lindos de mi carrera como entrenador".
"El escenario perfecto no existe. Siempre hay pequeñas dificultades que tenés que ir sorteando. Todos lo pasamos y a veces te toca lidiar con cosas que no son oportunas, pero yo no lo veo como un factor determinante. En el fútbol cuando las cosas están alineadas es más fácil ganar, pero tampoco es determinante. Ahora que pasó el tiempo, me quiero quedar con el recuerdo que se hizo un buen torneo, pero lamentablemente para el club no se pudo ganar. La deuda claramente estuvo en el torneo local, donde los resultados no se pudieron dar", expuso.
Asimismo, salió al cruce de las versiones que denotaban una tensa relación con el presidente José Vignatti: "Uno se entera de un montón de cosas, pero me rozaban. Nunca sabía si era verdad o mentira. Con el presidente nos dijimos las cosas de frente siempre y todo lo que se comente a mí no me consta. No afectaba mi trabajo, porque estaba en el día a día con los jugadores. Los que me bancan son los jugadores. Me doy cuenta cuando no está el apoyo del grupo y ahí no hace falta que alguien te lo diga. Entonces lo que se decía me rozaba nada más. No lo tomo como excusa y solo traté de trabajar lo mejor posible".
Pero amén de todo, dijo que "llegamos a un lugar al que antes nadie pudo y ojalá haya sido un punto de inflexión para que en Colón sirva como capitalización y aprendizaje. Ojalá Colón pronto pueda consagrarse con un título".