Julio Tealdo, profesor de Economía Política de la FCJS de la UNL, habló por LT10 de los problemas de fondo que llevan a la disparada del dólar, en este caso, del dólar paralelo que recientemente superó los $130.
“Desde el punto de vista coyuntural, el arreglo aún no cerrado de la deuda externa argentina genera cierta incertidumbre y presión. Lo que nunca está en discusión o debate –lo cual es preocupante- es que Argentina tiene una estructura productiva desequilibrada, no tenemos la capacidad de generar divisas suficientes para la demanda que necesita”, explicó.
El docente indicó que usualmente se discute el dólar en la coyuntura pero el mayor inconveniente es que los gobiernos de turno “no apuntan a resolver cuál es el verdadero problema que tiene Argentina con este cuello de botella”.
Vender cueros, comprar zapatos
Tealdo apuntó a esta cultura de exportar productos primarios pero no los manufacturados: “Lamentablemente en Argentina siempre quedó trunca esa parte de la sustitución de importaciones y en el siglo XXI el hecho de seguir siendo el sector primario el único generador de dólar hace que no exporte conocimiento, inteligencia, productos de valor agregado”, advirtió.
Para Tealdo, la discusión es cómo generamos un cambio en esa estructura productiva nacional.
“Argentina, del sector primario o ligados a la producción primaria, e importamos insumos, bienes de capital y manufacturas de productos altamente tecnológicos que valen mucho más. Todos o la gran mayoría de los productos que importamos (porque tienen inteligencia, conocimiento, valor agregado, tienen un valor muy superior que nuestros productos primarios: es decir, cada vez debemos exportar más productos primarios para poder importar productos necesarios para hacer funcionar nuestra economía”, apuntó.
En ese sentido, dio como ejemplo la situación del sector automotriz, donde el 70% de los componentes son importados. De todas maneras, remarcó que este desequilibrio no se resuelve en un año o en una gestión de gobierno.
Tealdo consideró una oportunidad perdida la de la década kirchnerista, cuando Argentina crecía a tasas chinas. Sin embargo –dijo- “no hubo grandes transformaciones estructurales necesarias para salir de la trampa del dólar y generar un proceso de desarrollo”.