Sebastián Prediger comenzó a sonar fuerte por el lado de Colón durante este receso obligatorio por la cuarentena a raíz de la pandemia del coronavirus.
Su regreso se trata de un viejo anhelo de la dirigencia, que en el mercado de pases de verano estuvo a punto de cristalizar pero no se dio debido a que tenía contrato con Tigre hasta el 30 de junio.
El Perro quiso forzar su salida debido a que era clave para el entrenador Diego Osella, pero finalmente esta chance no se pudo cristalizar y continuó en el Matador, que tenía por delante la fase de grupos de la Libertadores y la última parte de la temporada de la Primera Nacional.
Prediger se fue mal de Colón luego de haber quedado en el foco del conflito en 2013, cuando se desató la crisis económica, deportiva e institucional que terminó con la salida del entonces presidente Germán Lerche.
Incluso fue muy mal tratado cuando volvió al Brigadier López a jugar con otros equipos, como sucedió cuando lo hizo con Belgrano. Pero luego se conoció que le perdonó una importante deuda al club, lo que habla a las claras de su sentido de pertenencia para la institución.
En este receso se mencionó la chance inminente de su retorno, pero lo concreto es que no era prioridad para Eduardo Domínguez, con lo cual Prediger decidió aceptar de palabra la propuesta del presidente Ezequiel Melaraña para continuar en Tigre.