El pasado 22 de junio de 2008 Colón le ganó a Racing por 1-0, con un gol de Germán Rivarola, que quedará grabado en el recuerdo de todos los hinchas sabaleros como el Pirulazo, debido que a los 47 minutos del segundo tiempo convirtió el tanto para confirmar la permanencia en Primera División.
El Sabalero debía ganar o empatar ante la Academia para evitar jugar la Promoción frente a Belgrano, y fue entonces que a los 47 minutos del complemento, César Carignano, actual periodista de LT10, asistió a Rivarola, quien anotó un gol que todavía se sigue recordando y festejando.
El recuerdo de Carignano
Ellos estaban desesperados. Su historia, su escudo y su urgencia los desesperaba. No quedaba nada. Solo la esperanza y su autoestima inclaudicable para sostenerlos en pie.
Nosotros estábamos desesperados. Nuestra historia, nuestro escudo y la necesidad de que termine el juego nos desesperaba. No quedaba nada y quedaba todo. Nada de tiempo y un lugar en el confort de Primera por definir.
Capu me vio, la soltó y tuve que correr. El bullicio en crecimiento, mis lesiones, mis treinta y ocho meses sin goles, esa porción de gloria al alcance de mis pies, el nacimiento de mi hijo horas antes, mi revancha con el fútbol. Todo en mi mente, todo en quince metros, todo en nada de tiempo. ¿Era mi momento? Creí que sí.
La idea madre, la del amago y posterior remate se esfumó cuando la pelota me desobedeció. La idea secundaria, la de cederla, se elevó sobre mis nubes en el instante en que Germán pasó a mi lado.
¿Era mi momento? No, era el de todos y con todos, aunque la justa historia dirá que la zurda de Rivarola aflojó el nudo que incomodaba la nuez y las gargantas fueron libres para gritar gol con la fuerza que solo tiene el desahogo.
Colón fue de Primera, otro año.
Racing, también, aunque transitando el agobiante examen que pudo luego promocionar.
Yo debí aguardar, gracias a Collado, otro largo tiempo para gritar un gol de mi autoría.
Y Pirulo se hizo inmortal en tonos rojinegros.
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#Pirulazo