La disputa de la última fecha del Súper Rugby Aotearoa aún no tiene una definición concreta y este miércoles New Zealand Rugby analizaba diferentes escenarios.
Tras 102 días sin infecciones locales, la aparición de un nuevo brote de coronavirus puso en alerta a Nueva Zelanda y la Primer Ministro, Jacinda Ardern, tomó la decisión de aislar a la ciudad de Auckland y ordenó el confinamiento de su población por al menos 3 días.
Precisamente en esa ciudad está previsto disputarse el encuentro más atractivo de la última fecha del SR Aotearoa, entre Blues y el flamante campeón, Crusaders. Diferente es la situación que se vive en Dunedin, ubicada al Sur de la Isla Sur de Nueva Zelanda, y donde está programado el choque entre Highlanders y Hurricanes. Luego de varias reuniones, New Zealand Rugby avanzaba este miércoles sobre la posibilidad de disputar este último partido a puertas cerradas.
El gerente general de rugby profesional de NZR, Chris Lendrum, dijo que jugar uno pero no el otro sería aceptable, pero estaban esperando la actualización del Gobierno sobre los niveles de alerta antes de tomar una decisión. Parece poco probable, pero un cambio al nivel 2 en Auckland es la única forma que hará que se dispute el partido entre Blues y Crusaders.
“La posición es, bajo el nivel de alerta 3, la ciudad (de Auckland) está cerrada. En esencia, ciertamente para el rugby, también”, dijo Lendrum.
“Hay muchas contingencias y opciones sobre la mesa y el nivel de alerta dividido agrega un aspecto diferente a las cosas. Es posible que eso suceda, un partido en Dunedin pero no uno en Auckland. Veremos qué mano nos da el Gobierno, confiamos en sus consejos y los seguiremos”, agregó.
Los cuatro equipos de Super Rugby con partidos este fin de semana se retiraron del entrenamiento del miércoles, dijo Lendrum, mientras NZR exploraba sus opciones.
Los Hurricanes, por ejemplo, se entrenan en Wellington el jueves en previsión de viajar a Dunedin al día siguiente, y pondrán al entrenador Jason Holland y anunciarán su equipo como estaba planeado a las 2 pm. Persiguen una sexta victoria consecutiva, pero no pueden superar a los Crusaders.
Cuando se le preguntó por qué, dado que los Crusaders ya habían ganado el título, no cancelarían simplemente la ronda final dada la incertidumbre del Covid-19, Lendrum dijo: “Todos los involucrados en el juego (jugadores, equipos, fanáticos) quieren que el rugby siga adelante. Hemos visto los beneficios de reiniciar el rugby y lo que ha hecho para el estado de ánimo de la comunidad del rugby y el estado de ánimo del país en general durante las últimas nueve semanas. Sería genial terminar con eso”.
NZR exploró trasladar el partido del domingo fuera de Auckland para aumentar sus posibilidades de seguir adelante, pero el gobierno le dijo a los Blues que no se les permitió salir de la ciudad. En cuanto a retrasar los partidos una semana, Lendrum dijo que no era una opción.