El fútbol argentino está de luto por la muerte del ex entrenador Carlos Timoteo Griguol, quien falleció este jueves tras estar internado casi un mes por un cuadro de neumonía, agravado tras contagiarse de coronavirus, y rápidamente los futboleros recordaron sus enseñanzas, sus anécdotas y un ritual muy particular.
Antes de cada partido, Griguol les daba una fuerte palmada en el pecho a sus futbolistas cuando iban entrando a la cancha, y a veces el cachetazo era en la cara. Algunos jugadores sacaban pecho y se preparaban para el golpe, otros cerraban los ojos y esperaban que pasara lo más rápido posible, pero ninguno se salvaba.
"Ocurre que, cuando el jugador se está vistiendo antes de un partido, tiene como una angustia. Golpeándolo un poco le sacas esa angustia y se suelta más rápido", fue la explicación de Griguol en una entrevista al diario La Nación, en 1998.
Ese ritual también lo realizaba en su casa y de una forma bien rockera, pero después de los partidos. Se encerraba en una habitación, ponía cualquier CD y le daba a la batería al ritmo de la música. "No quiero dar un concierto. Lo hago para mí sólo, me limpia la cabeza", aseguró.
El DT cordobés inició su carrera en el banco en la década del ’70 en Rosario Central, obteniendo el campeonato Nacional 1973. También fue DT de Ferro en los '80 y consiguió con la institución de Caballito sus únicos dos títulos oficiales en el profesionalismo: Nacional 1982 y 1984.
El exfutbolista de Atlanta (1957-1965) y Rosario Central (1966-69) también se desempeñó como entrenador en River (1987-88), Kimberley de Mar del Plata (1979), Unión (20002) y Betis (1999-2000), entre otras entidades.