Juan Pablo y Ariel son una de las tantas parejas emprendedoras que tiene la ciudad y que en medio de la pandemia no solo siguieron produciendo sino que además se reinventaron para poder hacerle frente.
Su historia en la empresa de costura y bordado de indumentaria escolar y de empresas de la cual son dueños nació hace 6 años y según contaron al móvil de LT10 son ellos mismos los que confeccionan la prenda desde cero : cortan, arman y después le realizan los bordados a pedido de cada cliente.
Al principio la consulta entre sus conocidos era “¿Están seguros que van a realizar eso?” Y aunque los miedos se hicieron presentes, nada los detuvo y “hoy en día vivimos de eso, es nuestro trabajo aunque nunca pensamos hacerlo” comenta Juan Pablo.
Ariel por su parte dice que cuando empezaron no creyeron que llegarían tan alto y que el crecimiento en su mente no tiene techo, comenzaron con una sola máquina y de a poco fueron avanzando hasta completar el equipamiento de su taller.
Si bien estas labores están más relacionadas con las mujeres, Juan Pablo y Ariel opinan que “Ninguno de los trabajos tiene género, si uno le pone esfuerzo cualquiera lo puede hacer y si un emprendedor quiere hacerlo lo recomendamos, se puede vivir y con esfuerzo se logra mucho”.