La sola mención sobre el secuestro de 390 kilogramos de cocaína durante un operativo policial de magnitud en la provincia de Santa Fe, produce escalofríos infinitos, y si está muy cerca de Rosario, la sensación de agobio es mucho peor. Y aumenta la incertidumbre, si esa inmensa cantidad de drogas fue hallada dentro de un vehículo de altísima gama en un estacionamiento en Villa Gobernador Gálvez. Y sí además y como corolario de las dos primeras frases que instalan la noticia, existe un mazazo contundente como es que las cinco principales personas investigadas fueron detenidas durante todos los allanamientos ejecutados. Y, que el broche de oro, que a esa altura mantiene con la boca abierta al más precavido, es sin duda alguna, el inimaginable valor de los estupefacientes que se pudieron ser estirados hasta por lo menos tres veces, y por esa razón, su venta se cotizaría en el mercado negro a unos 10 millones de dólares. Y los ingredientes que completan, a esta altura esta tremenda historia, es que se trata de una empresa criminal de narcotraficantes con ramificaciones internacionales con base en distintos puntos de la provincia invencible, ya sea por la recepción de la droga desde países vecinos y limítrofes, como por su distribución en el mercado interno argentino, y que el remanente, sea enviado a Europa. El secuestro de unos 30 vehículos de la organización narcocriminal y el blanqueo de dinero en la compra de propiedades, son el corolario de una investigación ejemplar que fue al hueso en el narcotráfico de gran escala que atraviesa a la provincia de Santa Fe y la Argentina.
Desde Paraguay
Es necesario ubicar temporalmente el caso. Primavera de 2019, pesquisas de Gendarmería Nacional Argentina, detectaron la presencia de una avioneta en la zona rural de una pequeña localidad que se llama Larrechea y que está muy cerca de la ciudad de Coronda, capital nacional de la Frutilla y de la cárcel que lleva su nombre. Un vuelo clandestino con una aeronave que trae drogas. Esta es recibida y acondicionada. Pero no es trasladada inmediatamente. Esa es la estrategia. Esperar, aguantar y buscar el mejor momento para transportarla. Pero, quien se encargó de cuidar todos los detalles, pasó por alto uno que de tan obvio, se le transformó en invisible, y así comenzó la ruina de la organización. El pequeño detalle, fueron lass chapas patentes de los vehículos usados en el transporte de la droga. Los investigadores posaron la mirada en ellos, buscaron en los registros la propiedad, y encontraron la buscada coincidencia entre patente y vehículo, y por supuesto, de allí surgió la identidad del dueño del utilitario. Esa fue la punta de una madeja, ese pequeño detalle, casi insignificante, que al tirar del ovillo fue proveyendo, identidades, información sobre domicilios de personas, lazos entre éstos, contactos telefónicos, y que con el pormenorizado trabajo de colección, terminó poniendo al descubierto no solo a los integrantes de la banda de narcotraficantes, sino que expuso sus identidades, sus articuladas relaciones, que fueron comprobadas cuando fueron interceptadas las comunicaciones telefónicas con la anuencia de la justicia federal con sede en la capital santafesina.
Investigación
Una vez que los más conspicuos integrantes de la banda narcocriminal quedaron expuestos, el fiscal federal N° 2 con sede en la ciudad de Santa Fe, Walter Rodríguez, y sumados a los pesquisas de la Policía Federal Argentina, pusieron proa a profundizar la investigación y dejar correr a los jugadores para ver hasta donde llegaban y de esa manera, tener a todos y a cada uno en el momento preciso. Ese día llegó, y fue el viernes 18 de junio, cuando en más de una decena de allanamientos simultáneos los cinco integrantes del clan criminal, su jefe máximo y su hermana y su cómplice y partícipe principal en la organización, una gestora y un encargado principal de la logística no tuvieron tiempo a nada. Las irrupciones en los allanamientos en cuatro puntos geográficos: Rosario, Albarellos, General Lagos y Arroyo Seco, que ejecutaron integrantes de cuerpos especializados de la Policía Federal Argentina, los dejó completamente al descubierto y sin ningún tipo de reacción. Los cinco cayeron presos en la madrugada, como nunca, el recurso de la sorpresa estuvo del lado de la ley. Capítulo aparte, cuando fueron secuestrados los 369 ladrillos de cocaína, que pesaron los 390 kilos de cocaína de gran pureza. Y de los 30 vehículos adquiridos.
Escenario nacional
Una investigación de casi dos años, en la que la justicia federal, determinó la modalidad de llegada y de acopio de la droga procedente del exterior, traída en vuelos con aeronaves que generalmente lo hacen de noche y aterrizan en pistas clandestinas previamente acondicionadas e iluminadas, donde se recepciona y guarda en depósitos que existen tanto en la provincia de Santa Fe, como en las de Córdoba y en la de Buenos Aires, y en la propia ciudad autónoma de Buenos Aires, habla de un enorme poderío económico desplegado por la organización narcotraficante, y dá cuenta de manera inequívoca sobre recursos logísticos infinitos. Y el secuestro de 30 vehículos durante la redada, explica en buena medida, el desproporcionado crecimiento económico del cártel.
Historia reciente
El jefe de esta organización, hace casi 15 años, fue solo un número en una de las organizaciones narcocriminales rosarinas, yq que perteneció a una de ellas, la del Japo Saboldi, hombred oriundo y afincado en Villa Gobernador Gálvez, que fue asesinado en 2013 en la vieja alcaidía de la policía rosarina. Entonces, el ahora jefe, vio que ese era su momento. Decidió despegar y montar sus propios negocios. Luego, la ejecución del Fantasma Martín Paz primero en septiembre de 2012 y el asesinato del Pájaro Canteros en mayo de 2013, lo ubicarían en un sitial de privilegio para ocupar los lugares vacantes. Y así lo hizo. De ahí entonces, fue directamente a jugar en las grandes ligas, con el temible clan de narcotraficantes de los hermanos Loza en la ciudad de Buenos Aires.
Derivaciones
Los cinco detenidos por narcotráfico ya fueron imputados de los graves delitos previstos en el articulado de la ley nacional de estupefacientes N° 23.737, y todos quedaron presos, aunque es válida la aclaración que nada ha terminado con relación a la investigación sobre narcotráfico con ramificaciones nacionales e internacionales, y con fuertes repercusiones en lo económico, sino que es todo lo contrario, esta investigación solo acaba de comenzar y lo sí tiene son insospechadas derivaciones ya que cuenta con evidencia probatoria incriminante que pone en la consideración pública la articulación y funcionamiento de una banda de narcotraficantes con base en la provincia de Santa Fe para la recepción de grandes cantidades de cocaína, su distribución en el mercado interno de la República Argentina, y también con llegada a distintos países de Europa. Y la de otros actores necesarios, que existen, y que todavía gozan de su libertad ambulatoria.