Tal vez, y solo tal vez, en el fárrago informativo diario, una noticia que puede pasar desapercibida entre cientos, adquiere la notable y gigante entidad que solo que puede lograr que el leitmotiv de la historia sea, una pequeña niña de solo seis años. Sí. Solo seis años.
La misma chiquilina que tuvo que negociar con una banda de cuatro fieros y violentos delincuentes, que fueron los que ingresaron violentamente justo a la hora de la cena familiar en una vivienda rural de la ciudad de Recreo, y apuntándole a sus seres queridos con armas, y la obligaron a ella, con solo seis años, a negociar, y salir airosa.
Tal vez, hasta acá, cualquiera pueda imaginar o suponer que todo esto se trata de algunas frases del inicio de una novela ficcional, en cuyo final, como siempre, ganan los buenos. Pero, no es el caso. Nuevamente, la contundencia de los hechos de la vida real, ha superado todas las expectativas de las fantasías, y ha ordenado la realidad conforme a un suceso tangible como la vida misma. Solo eso. Nada más, y nada menos. Y, esta vez, en esta historia, la verdad es que ganan los buenos.
La plata por la nena
El lunes cuando faltaban algunos minutos para llegar a las 22, hizo que los cuatro integrantes de una familia, se sienten alrededor de la mesa para cenar en el amplio comedor de una vivienda rural de la que está enclavada en la periferia de la ciudad de Recreo, una de ellas, la más pequeña de todas y alegría de la familia, es una nena que tiene seis años.
Cuando repentinamente irrumpieron cuatro delincuentes armados y encapuchados en el interior del inmueble, gritaron exigiendo la entrega del dinero en efectivo que ellos sostenían a gritos, que estaba guardado dentro del inmueble.
La familia, compuesta por los presentes, un hombre de 49 años, otro de 29 y una mujer de 26, quedaron completamente estupefactos y mudos. La nena absorta, calla y observa los hechos.
La insistencia violenta del cuarteto de malvivientes sobre las tres personas mayores de la familia para obtener el dato y llevarse los 200 mil pesos en efectivo, y la renuencia de éstos, hizo que los ladrones fuera por una opción repulsiva cuando tomaron como rehén a la criatura, y los extorsionaron cuando les dijeron: "nos entregan toda la plata, le devolvemos la nena, sana y salva".
Luego, encerraron a la mujer y a los hombres en una habitación.
Les doy la plata y se van de mi casa
Justo en ese momento crucial, cuando la pequeña de seis años, se quedó sola con los cuatro ladrones, sobrevino la reacción inesperada y salvadora. La nena les dijo a los cuatro ladrones encapuchados: "yo sé donde está la plata, yo se las doy, y ustedes se van de mi casa".
Después, fue con los cuatro delincuentes hasta la camioneta familiar, le mostró dónde estaban los 200 mil pesos en efectivo. Uno de los ladrones, llevó otra vez a la pequeña desde el patio hasta el comedor de su vivienda, y después, cerró la puerta, y huyeron con los dos 200 mil pesos y el vehículo, junto a otros tres cómplices que los esperaban en otro auto de apoyo estacionado en el frente de la vivienda.
Heroína
El final de la historia, es que la nena de seis años, fue la que les abrió la puerta de la habitación donde estaban encerrados sus familiares, éstos se soltaron sus ataduras, y en el reencuentro todos se fundieron en un abrazo con la pequeña, a esa altura convertida en la heroína de la familia.
Luego, con el paso de los minutos y cuando todos fueron recuperando como pudieron cierta tranquilidad, escucharon como esa chiquita les contara cómo había resuelto la agobiante y mortificante situación en la que se vieron envueltos al quedar a merced de cuatro violentos y armados ladrones que irrumpieron en la vivienda familiar.
Un final feliz
Siempre, o casi siempre, las historias que emergen de los casos de la crónica policial, tienen poco de bueno para contar, la generalidad es que son casos donde todo es pérdida, sufrimiento, dolor. Pero, a veces, una protagonista como la heroína de esta historia, hace que se paren todas las rotativas por un minuto, y se pueda narrar en este género difícial, una gran historia con final feliz.