La empresa de Mark Zuckerberg emitió un comunicado en el que informó que más de 3.000 cuentas, entre usuarios y grupos, fueron dadas de baja de Facebook por fomentar la desinformación con “contenido engañoso y perjudicial” sobre el coronavirus y las vacunas, incumpliendo las políticas de la plataforma.
De la misma manera, más de 20 millones de publicaciones fueron eliminadas tanto en Facebook como en Instagram por promover supuestas mentiras sobre la pandemia de Covid-19. Entre el tipo de contenido que presentaban tales publicaciones se encontraba información falsa y contrastable, como la presencia de chips ocultos en las vacunas y sus efectos magnéticos. Esto se da en un contexto en el que los discursos “antivacunas” cobran fuerza en Estados Unidos. Tal es la magnitud de la problemática que, por otro lado, los estados sureños tuvieron que desechar al menos un millón de dosis, cuando en el resto del mundo los países no abandonan los esfuerzos por conseguir cada lote.
Otra medida que impulsó la empresa fue alertar con una etiqueta de advertencia más de 190 millones de piezas de contenido en por los menos 60 idiomas, que hubiesen sido considerados como elaborados con contexto falso, parcialmente falso, alterado o faltante.
La auto-regulación de las redes sociales es un debate de coyuntura entre los especialistas. Actualmente, con más de 2.700 millones activas al mes, la plataforma asegura que sus esfuerzos por promover la “información veraz y confiable” están dando frutos. La pregunta que cabe hacerse es cómo afectan estas disposiciones a la libertad de expresión y cómo se debería actuar frente a la información falsa, teniendo en cuenta que, con las salvedades de cada país pero siguiendo la naturaleza de la ley, las violaciones son siempre sancionadas ex post, es decir, después del hecho.
El propio presidente Biden fue lapidario con los propietarios y CEOs de las grandes redes sociales, a quienes condenó de ser los responsables de la desinformación en aquel país. “La única pandemia que tenemos está entre los que no están vacunados. Están matando gente”, dijo antes de partir de la Casa Blanca en helicóptero el pasado julio.