El santafesino Germán Chiaraviglio, finalista de salto con garrocha en Río 2016 y en el Mundial Beijing 2015, reconoció que aún está "procesando" la frustración de haber contraído coronavirus a horas de su debut en los Juegos Olímpicos Tokio 2020 y afirmó que lo "más difícil fue estar encerrado 19 días en un hotel sin ventilación y sin poder prácticamente salir, salvo para buscar comida".
"Creo que aún estoy procesando lo que pasó. Llevará un tiempo. Es muy duro lo que me tocó vivir y lo estoy transitando de la mejor manera que puedo, junto a mi familia y gente cercana, disfrutando con ellos", reconoció Chiaraviglio.
El atleta santafesino, de 34 años y que también compitió en los Juegos Olímpicos de Beijing 2008 (sin marca), dio positivo el 28 de julio pasado en el último testeo de coronavirus y no participó en la fase clasificatoria de la prueba en Tokio.
Chiaraviglio fue campeón sudamericano al aire libre en Tunja (Colombia) 2006 con 5,40 metros; en Lima (Perú) 2015 con 5,70; en Asunción (Paraguay) 2017 con 5,60; y en Guayaquil, Ecuador, 2021, con 5,50, y tiene como mejor marca de su carrera 5,75, con la que obtuvo la medalla de plata en los Juegos Panamericanos de Toronto, Canadá, 2015.
El 10 de julio pasado, logró su mejor marca del año y conquistó la medalla de plata en el torneo internacional de atletismo de Landau, Alemania, con 5,61 metros, al supera los 5,60 metros que alcanzó el 24 de abril en Chula Vista, Estados Unidos, e igualar su registro del 26 de marzo en el Gran Prix Reynaldo Gorno, en Concepción del Uruguay.
¿Pudiste superar la frustración de Tokio?
-Germán Chiaraviglio: Creo que aún lo estoy haciendo. Llevará un tiempo. Es muy duro lo que me toco vivir y lo estoy transitando de la mejor manera que puedo, junto a mi familia y gente cercana, disfrutando con ellos.
¿Cómo fue el día a día del aislamiento?
-GCH: Durante el aislamiento en Tokio pasé por diferentes etapas. Primero un poco desconcertado por haber quedado afuera de semejante evento; me preparé mucho y eso me golpeó, aunque la parte más difícil fue estar encerrado 19 días en un hotel sin ventilación y sin poder prácticamente salir, salvo para buscar comida. El trato desde lo físico fue muy cuidado pero desde lo mental fallaron. Creo que subestimaron el efecto que puede tener el aislamiento en las personas y más aún teniendo Covid. Tuve síntomas tres días, fiebre, dolor corporal y resfrío. Pero pasó dentro de todo rápido. Tenia puestas las dos vacunas. Por suerte durante ese periodo la gente del Comité Olímpico Argentino me acompañó. Eso ayudó mucho.
A Japón llegaste bien. ¿En qué aspectos focalizarás el retorno a la actividad: el psicológico o el físico?
-GCH: Llegaba muy bien. Con una estabilidad en marcas que no sé si alguna vez tuve. Sano en cuanto a lesiones de gravedad que en el pasado sí tuve y mi preparación física era la mejor que pude lograr para el contexto en el cual me tocó vivir. Seguramente ambos aspectos serán importantes para volver a la actividad. En lo emocional estaba muy bien y preparado para encarar semejante evento, seguramente esa fortaleza me ayude a volver a las pistas cuando decida hacerlo.
¿El Mundial de Oregón, Estados Unidos, del año próximo, es tu próximo reto a nivel internacional?
-GCH: Es el torneo más importante del 2022, pero antes de eso quiero volver a Santa Fe, pasar tiempo con mis amigos y familia y luego cargaré la batería para organizar y pensar en el año que viene.
Disputaste dos Juegos Olímpicos: Beijing 2008 y Río de Janeiro. Y, por distintas causas, no competiste en Londres y Tokio. ¿París 2024 desempata?
-GCH: No lo había pensado así, no es una mala idea.
¿Qué dejó la prueba de salto con garrocha de Tokio?
-GCH: La prueba de garrocha estuvo a la altura de lo que me esperaba. El sueco Armand Duplantis y el estadounidense Christopher Nielsen eran los que mejor estaban y fueron oro y plata. El brasileño Thiago Braz, campeón olímpico 2016, sorprendió para bien. Demostró con el bronce que es un atleta que en los torneos importantes está, me alegro mucho por él porque es una gran persona.
¿Y el atletismo en general, en el primer Juego sin el jamaiquino Usain Bolt?
GCH: Creo que el atletismo tuvo muchísimo nivel. Se vieron marcas excelentes. De a ratos parece que no hubo pandemia para muchos atletas, algo increíble.
Argentina tuvo en Tokio cinco representantes de atletismo, una cifra menor que en Río 2016, Londres, Beijing y Atenas 2004. ¿Qué significó? ¿El atletismo argentino está en retroceso?
-GCH: No sé si se puede generalizar. Si bien la cantidad es menor y es un dato objetivo, también cambió la forma de clasificar y, tal vez, nos costó como país llegar a esos nuevos estándares. Al ser un deporte tan diverso, creo que habría que analizar caso por caso. De cualquier manera, en categorías inferiores tuvimos una actuación histórica en el sudamericano U20 de Lima. Eso a nivel deportivo es esperanzador.
¿La World Athletic puso una vara muy alta para clasificar a Tokio?
-GCH: Las marcas mínimas fueron claramente superiores, pero estaba la posibilidad de clasificar por ranking como fue mi caso y eso daba una oportunidad mayor. Creo que desde el 2019 que supimos esto, teníamos que ajustar la mayor cantidad de detalles para buscar dónde y cuándo competir; sacar todas las cuentas posibles y pensar en escenarios de plan A, B, C y D, porque cuando comenzó la pandemia todo se complicó. Pero también se abrieron posibilidades que antes no estaban. Fue un ir aprendiendo sobre la marcha.
La Confederación Argentina de Atletismo destacó, después del sudamericano de Ecuador de mayo, el cambio generacional en el país. ¿Qué avizorás en ese sentido?
-GCH: Ojalá lo haya. Siempre es sano que nos sucedan los jóvenes con toda su energía, que nos "echen" y pulvericen nuestras marcas, eso es lo natural. Los sub 20 tuvieron una excelente actuación en el Sudamericano. Ojalá les sirva de puntapié para forjar sus carreras deportivas.