Nacido el 24 de enero de 1823 en el seno de una familia aristocrática, Prilidiano Pueyrredón fue uno de los grandes precursores del arte en la Argentina y con su trabajo le abrió camino a cientos de artistas. Su padre era el político y militar José Martín de Pueyrredón -quien se desempeñó como Director Supremo de la Provincias Unidas del Río de la Plata- y su madre era María Calixta Tellechea y Caviedes, de origen patricio.
Desde pequeño, tuvo acceso a las mejores instituciones para formarse tanto en el territorio argentino como en el exterior, ya que el trabajo de su padre y su relación con el poder lo llevó a vivir en Francia y en Brasil y despertó en él curiosidad hacia el arte.
Estudió Ingeniería en la Escuela Politécnica de París y siempre tuvo claro que quería ejercer su profesión sin dejar de lado la pintura. Durante los años 1850 y 1860 pintó cientos de retratos de personas de la alta sociedad, entre ellas a Manuela, la hija de Juan Manuel de Rosas. Manuelita (1951) se convirtió en uno de sus cuadros más icónicos y actualmente se encuentra en el Museo Histórico Nacional.
Manuelita
También fue el primer artista en retratar la desnudez femenina y uno de los pioneros en la temática arrabalera y gauchesca con Un alto en el campo (1861), Capataz y peón de campo (1864), Lavanderas del Bajo Belgrano (1865) o Recorriendo la estancia (1865).
Su trabajo como arquitecto e ingeniero también fue destacado. Participó en la restauración y la ampliación de monumentos como la capilla de la Recoleta, la Pirámide de Plaza de Mayo y la Casa Rosada; diseñó la Plaza de la Victoria, y un parque junto al Paseo de Julio. También estuvo detrás de los planos de la mansión que el Miguel de Azcuénaga construyó en Olivos y que años más tarde fue obsequiada al Gobierno para que en ella viviera el Presidente de la Nación y fue bautizada como la “Quinta de Olivos”.
Un alto en el campo.
En 1862 fue elegido para crear un puente sobre el Riachuelo en el barrio de Barracas e ideó una obra innovadora, pero un error de cálculos hizo que el proyecto fracasara y el puente se hundiera. Para Pueyrredón esto representó un golpe anímico muy fuerte y a pesar de que financió con su propio dinero una nueva obra y pudo reivindicarse, los problemas tuvieron repercusión en su salud. La obra se habilitó el 9 de noviembre de 1871 pero no llegó a verlo porque una diabetes fulminante acabó con su vida el 3 de noviembre de 1870. El puente llevó su nombre y catorce años después de su muerte fue arrasado por el río.
Los trabajos de Pueyrredón fueron fundamentales para el arte local y en conmemoración a todos sus logros cada 3 de noviembre se celebra el Día Nacional de Artista Plástico. Además sus obras están repartidas entre el Museo de Bellas Artes, en la Capital Federal, el Museo Histórico Municipal Pueyrredón, en San Isidro, y la Colección Fortabat de Puerto Madero.