El estreno esta semana en casi un centenar de cines argentinos de "Belle", la más reciente y hermosa película de uno de los grandes maestros de la animación japonesa como Mamoru Hosoda, es la excusa perfecta para analizar el pasado y la actualidad del género, así como recorrer parte de la generosa oferta que hay en los distintos servicios de streaming.
Hosoda, creador de joyas de animación como "La chica que saltaba a través del tiempo" (2006), "Los niños lobos" (2012), "El niño y la bestia" (2015) y "Mirai: Mi pequeña hermana" (2018, nominada al premio Oscar), es uno de los referentes insoslayables de las dos últimas dos décadas y "Belle" -que tuvo su lanzamiento mundial dentro de la sección oficial del último Festival de Cannes- ofrece su habitual despliegue visual al que en este caso le suma una mirada crítica a los efectos nocivos del bullying, del odio creciente en redes sociales, de los mensajes confusos y manipuladores de las fake news, de la alienación y la angustia que padecen tantos adolescentes que en muchos casos se refugian en la virtualidad para evitar enfrentarse con los desafíos y las problemáticas del mundo real.
La banda oriental
Pero Hosoda no es el único autor de renombre. Los fans reverencian a Hayao Miyazaki, Osamu Tezuka, Gō Nagai, Katsuhiro Otomo, Rintaro, Satoshi Kon o Isao Takahata, saben de memoria las producciones de estudios como Ghibli, Madhouse, Tatsunoko o Toho, navegan por sitios como Crunchyroll o 9anime.to, y están al tanto de cada novedad que surge en el circuito del manga y en los animé.
La animación japonesa -que ya tiene más de un siglo de historia y por lo menos seis décadas de gloria y esplendor a escala mundial- posee su propia estética, sus reglas, su estilo: personajes de ojos grandes y saltones, melenas de múltiples colores, cuerpos en muchos casos deformados de forma deliberada, gestos y expresiones que tienden a la exageración y -claro- una capacidad de sorpresa y una inventiva visual inagotables.
Además, dentro del animé conviven numerosos subgéneros y públicos diversos: no es lo mismo la producción más accesible, masiva y hasta familiar de Studio Ghibli que lidera el legendario Hayao Miyazaki que las violentas adaptaciones de novelas y mangas que apuestas a la acción o a las historias futuristas de ciencia ficción.{
El recorrido debe comenzar de manera inevitable por las producciones de Ghibli, que en su mayor parte están disponibles en la plataforma de Netflix: "El viaje de Chihiro", "El increíble castillo vagabundo", "Mi vecino Totoro", "Ponyo y el secreto de la sirenita", "La princesa Mononoke", "El cuento de la princesa Kaguya", "El castillo en el cielo", "Kiki": "Entrega a domicilio", "Porco Rosso" y la bastante reciente "Earwig y la bruja" (primera con gráficos 3D) son solo algunos de los títulos imperdibles que los cinéfilos argentinos pudieron disfrutar en varios casos originalmente en las salas.