Por Maxi Marano
El legendario Miguel "Botafogo" Vilanova se presentará en Tribus Club de Arte el próximo sábado 19 de febrero desde las 21 hs. Lo acompañarán Rubén Tissembaum en batería, Federico Weder en bajo y Lautaro Daneri en guitarra rítmica. Como banda invitada, estará Santa Fe Blues Band. Las entradas están a la venta en la boletería de Tribus (miércoles a domingo desde las 18) y a través del sistema Ticketway y sus puntos de venta (online y físicos).
El destacado guitarrista charló con Primera Tarde en LT10. Habló de la presentación del sábado, el exilio en los 70 a España y lo que significa tocar blues por el mundo.
— Miguel Ángel Botafogo o Don Vilanova?
— A esta altura me da igual. Puede ser de las dos maneras. Como te guste más.
— Pero esta clasificación tiene que ver con diferentes etapas de vida y muchas localidades...
— En parte sí, pero siempre me identifican de una u otra manera y el resultado termina siendo el mismo por lo tanto es una clasificación.
— Nos vamos para atrás a un punto importante de tu vida. En 1977 te fuiste para España en plena dictadura argentina ¿Fue una decisión forzada o una apuesta a futuro?
— No lo tomé con la gravedad que tuvieron que sufrir otros compatriotas. Creo que tuvo que ver más con mis sueños y una apuesta a futuro. Fue una época nefasta donde la cultura argentina había quedado pisada en un costado. Creo que fue un exilio laboral. Así lo denominaría. Tenía amigos que ya habían ido a España y me decían: "venite que acá hay una movida bárbara". Se tocaba en los bares, en las plazas y te pagaban. Acá en la Argentina no pasaba nada y esos privilegios estaban abiertos sólo para grandes como Sui Generis y los demás era todo tripa corazón.
— ¿Y qué recordás de la dictadura argentina y esos tiempos?
— Recuerdo una vez que estábamos tocando con Pappo Blues en el viejo teatro Estrellas y cayó la policía.Se llevó preso a todo el mundo. Cayó el público, los músicos y hasta el sereno del teatro. Era todo igual. Todo lo mismo. Al no ver futuro decidí irme y la verdad es que no me equivoqué. Tuve una experiencia bárbara.
— Y en ese viaje ¿Aprendiste que el blues es aceptarlo y tocarlo de la manera más ortodoxa posible o es darle una vuelta ponerle tu impronta e intentar que lo acepten de esa manera?
— Creo que existen las dos cosas. Son dos vertientes: están los puristas que sólo entienden el blues con instrumentos y vestimentas originales y las otras búsquedas. Yo venía de escuchar Manal y tocar con Pappo Blues. Esa impronta quedó dentro mio pegada de manera muy fuerte. Es parte mía y es la banda sonora de mi juventud. Creo que no se puede esquivar y es inevitable que no haya una marca personal de sonidos argentinos. Pappo y Manal creo que fueron reveladores con una mezcla de jazz, voces muy particulares y bajos bien "argentos". Todo eso lo heredé y es una impronta que siempre tuve.
—Alguna vez hablando con los santafesinos de Mo Blues nos decían que cuando uno toca afuera el blues argentino tiene un gustito especial ¿Pensás que cada lugar tiene su propio blues?
— Lo voy a describir con una anécdota. En una oportunidad, hace poco, tres o cuatro años, estaba en Estados Unidos tocando en Washington junto a Bruce Evans un armonisista que tocó varias veces en Argentina. Tocábamos en plazas ya que allá se toca mucho en esos lugares. En una de las presentaciones que fue en un barrio que respiraba blues se acercó una mujer y me dijo "Qué bien que toca usted". Además, destacó que sea en castellano ya que siempre había escuchado el blues en ingles. La idea es sorprender y siempre ser respetuoso del género.
— El sábado va a estar acompañado de grandes músicos santafesinos y además se dará un reencuentro con Rubén Tissembaum.
— Si. Estoy muy contento de poder girar e ir a Santa Fe. Con Rubén hace mucho que no tocamos por lo tanto será un gran honor nuevamente estar en el escenario juntos. Estuvimos charlando y me contó de su viaje a Estados Unidos tocando con Ewards. Estamos armando una gira por Estados Unidos. Ojalá podamos realizarla.