Cultura - temporada

Miércoles 23 de Febrero de 2022 - 12:44 hs

Museo Sor Josefa: la apertura será con obras de artistas santafesinas

Las primeras muestras de este año son un ensayo fotográfico de Aimé Luna y una performance de Ariana Beilis, seleccionadas a partir de la convocatoria que hizo la Municipalidad para diversificar la oferta de los espacios de arte y museos.

Actualizado: Miércoles 23 de Febrero de 2022 - 13:15 hs

“Aquellas cosas que hicimos para querernos”, de Aimé Luna, y “¿Cuánto vacío puede llenar un mueble?”, de Ariana Beilis, abren la nueva temporada del Museo Municipal de Artes Visuales Sor Josefa Díaz y Clucellas, este viernes a partir de las 20.

Las propuestas fueron seleccionadas en la Convocatoria de Proyectos Expositivos destinados a Museos y Espacios Municipales de Arte 2021, que no pudo desarrollarse como estaba previsto por las medidas sanitarias que impidieron abrir los museos durante varios meses. Por ello, para este año se reprogramaron seis muestras de dicha convocatoria y se proyecta una nueva edición del Salón Litoral.

Revelación y rebeldía

El ensayo fotográfico de Aimé Luna retoma la historia de su abuela, de su madre, de ella misma y de sus hijas “para poner en evidencia aquellas herencias simbólicas y materiales en las distintas generaciones”, como explica la artista en su proyecto. “Fotografío para proponer nuevas lecturas, utilizando imágenes del archivo familiar; para desarmar el relato que hemos construido sobre las historias familiares y armar un mapa de afectos que señale nuevas narrativas del presente”, agregaba en su postulación.

Para el montaje, con curaduría de la galería de arte contemporáneo Delta Espacio, se articulan relatos, recuerdos, fotografías y un objeto intervenido por la artista, de fuerte presencia en todo el proyecto y que hilvana la historia de estas mujeres.

El trabajo retoma elementos del género documental, con una indagación en el archivo familiar y fotografías tomadas por la artista en el espacio doméstico, cotidiano, en situaciones espontáneas en las que el juego con la luz dota a las escenas de un carácter teatral. En esos contrastes emergen “las memorias que circulan, muchas veces solapadas en el recuerdo o en la reconstrucción, que se siguen repitiendo por generaciones entre omisiones y silencios, y construyen la memoria familiar”. La apuesta, insiste Aimé, va más allá de la referencia a su propia historia y sale a la búsqueda de una constelación mayor, social, para que resuene en las personas que tomarán contacto con su obra.

En el texto que acompaña la muestra, escribe la periodista Sonia Tessa: “La recuperación del linaje materno es parte de una revelación, pero también de una rebeldía: los feminismos han venido a mostrar historias veladas, y también a darles la relevancia que merecen. La historia con mayúsculas necesita ser reescrita, porque cada una de las acciones que hacen rodar la vida la constituyen. Es mucho más que echar luz sobre aquello que no se veía: al hacerlo, también se lo repone como parte de esa historia que hasta ahora fue relatada a través de grandes hitos y gestas heroicas. Y nosotras sabemos que esas excepcionalidades son sostenidas por una trama cotidiana que las hace posibles”.

A pocos días de la inauguración, Aimé Luna celebra que un espacio de referencia para las artes visuales, de formación y entrenamiento de la mirada para artistas y público reciba una muestra donde la fotografía es central: “Esta posibilidad de exponer mi obra en el MMAV es una misión muy importante para mí, para poder articular diálogos con otros actores y activar discusiones sobre la fotografía, que a 180 años de su invención nos sigue proponiendo repensar las funciones, las posibilidades y los discursos de esta herramienta”. En ese sentido, remarcó también el trabajo del Jurado de la convocatoria: “En Santa Fe, les artistas trabajamos con muchas herramientas y materialidades distintas, y hubo una postura clara de que toda esa diversidad se vea en la selección de los proyectos”, afirmó.

Cuánto de la identidad pasa por lo que hacemos

Ariana Beilis comenzó a trabajar en su obra “¿Cuánto vacío puede llenar un mueble?” durante el aislamiento obligatorio. Este viernes a las 21 horas hará esa performance en medio de una gran instalación en la Sala D, donde volverá a realizarse antes de que termine la exposición.

La imposibilidad de salir de los hogares en distintos momentos de la pandemia, para cumplir las funciones que definen en gran medida nuestra identidad, puso en cuestión el sentido de lo que hacemos y de lo que somos. Sobre ese concepto, la artista desarrolla una acción en la que una mujer adopta la forma de los muebles de la casa que en su quietud, paradójicamente, no dejan de cumplir una función.

“Tomo un momento reactivo de mi cuerpo y lo sostengo en un estado de aparente inmovilidad -adelanta la artista-. Mi inquietud no es deportiva, sino una estrategia para sobrellevar el no poder hacer y la pregunta sobre cuánto de la identidad pasa por lo que hacemos”. Durante la performance “muto mi naturaleza humana y mi sensación disfuncional a la de los muebles. Y sin hacer, detenida, sigo haciendo, ‘haciendo de’, dando entidad de cosa viva a lo que se le atribuye función”, detalla.

En el último año, explica Beilis, “trabajé mucho sobre la idea de cómo trasladar algo de lo que es una performance al espacio expositivo, cómo hacer para que la acción no se someta hasta volverse un objeto que permanece”. Por eso, “incorporé al montaje las foto performance, que son archivos de la acción, pero no a la manera de un archivo documental sino como un archivo subjetivo y poético”. Este proyecto se presentó por primera vez en Media Galería, en la Ciudad de Buenos Aires, donde la acción fue grabada en un registro audiovisual que también será parte de la instalación en el Museo Sor Josefa. En otra oportunidad, Beilis presentó una foto performance en Bienal Fantasma, la muestra final del programa de artistas de la Universidad Torcuato Di Tella. El próximo viernes se podrá presenciar la performance y hasta fines de abril habrá un montaje permanente con la foto performance de cuatro objetos, como documento poético de las acciones en las que la artista corporiza las poses de los muebles de la casa.

Democratizar el acceso

Los proyectos de Luna y Beilis fueron seleccionados entre 64 postulaciones que se recibieron en el marco de la convocatoria 2021, destinada a artistas, curadores, colectivos artísticos y de curadores de Santa Fe y del Área Metropolitana.

De las propuestas que se habían presentado para el Museo Sor Josefa, durante 2021 se concretaron “Analogías bucólicas”, de Lali Martínez Spaggiari; y “Entropía de lo cotidiano”, de Cora De Luca. Las reprogramadas para este año son “Siguiendo huellas”, de Sergio Zoso; “Trazas de un jardín”, de Jesica Bertolino; “La forma y la fuerza”, del colectivo de artistas representado por Florencia Palacios; y “Señales abstractas de especies futuras”, de Laura Benech.

La evaluación estuvo a cargo de un comité que integraron Priscila Sandoval y Nidia Maidana, en representación de la Secretaría de Educación y Cultura de la Municipalidad; la artista, gestora cultural y curadora, Fernanda Aquere; y el artista, curador y docente investigador, Roberto Echen. En esa oportunidad también se premiaron cuatro propuestas para el Centro Experimental del Color y se otorgaron cuatro menciones especiales honoríficas, atendiendo a la calidad de las presentaciones.

Para agendar

Esta primera muestra permanecerá hasta el sábado 30 de abril. Durante el mes de marzo se podrá visitar de miércoles a domingos de 17 a 20 horas, con entrada libre y gratuita. Para consultas se encuentra disponible el teléfono (0342) 4571886 y el correo electrónico m.mav@santafeciudad.gov.ar.

En las próximas semanas se anunciarán activaciones coordinadas con el equipo pedagógico del museo. Y también habrá un encuentro para reflexionar acerca del concepto de la obra y la complejidad de exponer tan efímero y potente a la vez, como es una acción. En relación al ensayo fotográfico, habrá visitas guiadas y acciones, y se presentará el libro “Aquellas cosas que hicimos para querernos”, premiado en un concurso de Bulbo Editorial, de Buenos Aires especializada en libros de fotografía, con el que Aimé Luna obtuvo financiamiento para la maqueta y la impresión de ejemplares. Ese libro objeto aporta una nueva materialidad a la obra expuesta y dialoga con ella.

Fuente: LT10