Roqueta nació en Colonia del Sacramento, República Oriental del Uruguay, hace 72 años. Es madre de Fernando (52) y Elisa (45). Tiene cinco nietos y un mote adquirido a partir de su popularidad, de la cual no reniega: “Soy la abuelita tiktoker más famosa”.
“Descubrí TikTok por medio de una prima que me pasó un video con una voz rara, que no era la de ella, pero graciosa. Le pregunté cómo lo había hecho y me dijo que era una aplicación. Le pedí que me lo mandara bien escrito, cómo tenía que poner para buscarla y descargarla”, recordó.
Aquella casualidad fue su salvataje. En plena cuarentena estricta, sin poder ver a su familia e inmersa en su mundo de dos ambientes, descubrió que además de una amplia terraza en el departamento que habita en Hurlingham, sus días eran más amenos gracias a una burbuja de gente que lograba divertirla.
Sus primeros videos fueron de prueba y error. Nancy desconocía cómo borrar aquellos que no le gustaban, entonces todo el material era publicado sin excepción. Se volvió fanática de Darío Barassi, a tal punto que pensó que TikTok se trataba de imitar a los famosos y publicar videos idénticos a los que ellos realizaban.
“Me esforcé y traté de cada día poder hacer algo mejor. Todavía me falta un montón, pero también es cierto que los videos los realizo en cinco minutos. Yo ni pienso en los seguidores, esto me hace feliz”, explicó.
Nancy arribó a Buenos Aires en 1985. Lo hizo junto a sus hijos, sin dinero y con la obligación de encarar un nuevo proyecto de vida. “Me casé dos veces y enviudé en las dos. Mis hijos son de ambos matrimonios. Vine a la Argentina con ganas de salir adelante, con mucho esfuerzo, porque no es fácil llegar a otro país”, dijo.
Sus padres se habían ido de Montevideo algunos años antes. Su desembarco en Buenos Aires tuvo como propósito revalidar su título de docente de Música, algo que tardó varios meses en conseguir.
“Fui empleada doméstica y trabajé en las cocinas de varios colegios. Después me compré una bicicleta y cuando pude revalidar mi título iba a dar clases a todos lados pedaleando. Hasta que junté un poco de dinero y me compré un terreno. Allí empecé a edificar mi casa”, contó Nancy.