Hace algunas semanas, se estrenó en Netflix un documental sobre el crimen de José Luis Cabezas, el fotógrafo de la revista Noticias que fue asesinado hace 25 años en Pinamar. La pieza repasa los testimonios de aquellos que lo vivieron de cerca y no quieren que se olvide constituyendo a la memoria como la propia razón de ser de la película.
Vanessa Ragone, productora ejecutiva de “El Fotógrafo y el cartero (el crimen de Cabezas)” es santotomesina y cuando terminó el secundario decidió mudarse a Buenos Aires, donde se instaló desde aquel momento, para poder estudiar su carrera de cine y empezar a realizar sus primeras realizaciones audiovisuales. Con los años creó su propia productora audiovisual desde donde no solo nació la idea de este documental sino también la serie Carmel, Betibú, Al final del Túnel y El secreto de sus ojos entre otras tantas producciones destacadas a nivel nacional como internacional.
La historia de Vanessa y el fotoperiodismo es muy cercana porque su papá Carlos Ragone era fotógrafo del diario El Litoral y una de las primeras personas que la acercó al mundo audiovisual “el tema de la película siempre fue un tema en mi vida y fue algo shockeante cuando sucedió y siempre me quedó la idea de que teníamos que contar la historia de una manera más documental”.
Actualmente, el vínculo con nuestra zona es escaso, “Si bien mis padres seguían viviendo en Santa Fe volvía poco para visitarlos y cuando fallecieron ya no fui más.Tengo arraigo de corazón, soy sabalera y puedo ir a un partido de Colón por ejemplo”.
Según contó en LT10 varios fueron los factores que llevaron a que su productora formara parte de este proyecto, “Con Alejandro Hartmann (director de la historia) nosotros nos dábamos cuenta de que el caso y lo que había sucedido con José Luis no era identificado por nuestros compañeros más jóvenes, además de eso yo tenía una cercanía con el abogado de la familia que me contaba detalles y me daba para leer libros y material sobre el tema, eso sumado a que hace poco se cumplieron 25 años del hecho”.
A nivel de la investigación los procesos para llegar a una pieza de esta calidad son varios y en varias etapas: la primera es la lectura de libros libros, informes periodísticos, la causa y lo que dicen los entrevistados que vivieron el hecho y tuvieron vínculo con eso para después compilar y armar el orden cronológico y llegar a compilar en este caso en una hora y media la historia.
“Acceder a la causa fue complicado, porque la causa está archivada (aunque con reservas el caso fue resuelto, los criminales fueron apresados y condenados) la investigación se hizo en pandemia y el juzgado de Dolores estaba cerrado. “Una vez que obtuvimos todo los investigadores chequearon cada una de las cosas que se ven, el orden cronológico de la causa está chequeado por más de una fuente y eso es un trabajo enorme” explicó la productora.
En cuanto a la gente que participó de la entrega aportando su testimonio que van desde compañeros hasta el propio Eduardo Duhalde quien en ese momento era gobernador de la provincia de Buenos Aires “de buena gana vinieron, no era fácil citar a la gente desde la logística, hay personas también que no quisieron estar como Cavallo y el entorno de la familia Yabrán. No dejamos de hablar con todas las partes implicadas salvo los criminales con quienes no tuvimos interés de comunicarnos”.
Para finalizar y recuperando el objetivo de esta entrega Vanessa explicó que hoy “Hay muchas cosas vivas que rodean la muerte de José Luis, la oportunidad de verlo en Netflix también nos motivó y nos llevó a decidir acercar este proyecto aprovechando también que habíamos hecho Carmel y nos había ido bien. Queríamos que volviera a la conversación pública en la sociedad en general, unos amigos me decían que tres encargados estaban hablando del caso y si eso vuelve como ejercicio de memoria para nosotros está bueno”.