Un megaestudio, que contó con la revisión de siete investigaciones y que fue publicado en Sports Medicine, reveló que una caminata de dos minutos de duración después de comer reduce los niveles de glucosa en sangre.
El famoso “paseo para bajar la comida” es avalado por la ciencia. Según los expertos, caminar ligeramente después de haberse alimentado facilita más la digestión que tomarse una siesta o quedarse en reposo en un sillón o una silla. Además, aseveraron que incluso levantarse de la mesa y quedarse parado disminuye el azúcar en sangre.
“Una caminata corta dentro de los 60 a 90 minutos posteriores a una comida puede ser especialmente útil para minimizar los picos de azúcar en la sangre, ya que es cuando estos niveles tienden a alcanzar su punto máximo”, argumentaron.
No obstante, recordaron que los beneficios de la actividad física no son todo o nada, sino que impactan en el cuerpo con el tiempo y constancia, cuando ya se ha convertido en un hábito saludable.
Además, afirmaron que una mini caminata de dos a tres minutos es más práctica durante la jornada laboral. Para quienes trabajan desde sus casas, sugirieron una caminata corta alrededor de la habitación entre reuniones o después del almuerzo.
Más beneficios de salir a caminar
Salir a caminar es una de las cosas más relajantes y placenteras del mundo. No sólo distrae y oxigena nuestras mentes, sino que además nos permite conocer lugares nuevos y disfrutar del aire libre, algo muy recomendado para romper con la rutina cotidiana. Además, no sobreexige al cuerpo y tampoco requiere de grandes preparativos. Es una manera prácticamente óptima de estar activos afuera y un plan tentador.
Desde el punto de vista médico, pasear o caminar a paso medianamente rápido es muy beneficioso para el organismo. Las caminatas son un ejercicio que, sin ser muy exigente, impacta de un modo positivo en la salud de las personas.