¿Es posible hacer que los humanos sean más inteligentes? Hubo una creencia tradicional de que la inteligencia es un rasgo característicamente estable; sin embargo, en los últimos años esta concepción comenzó a cambiar.
La inteligencia puede ser más modificable de lo que se pensaba. Si bien hay beneficios bien conocidos del ejercicio físico regular en la salud física, mental y cognitiva de las personas de cualquier edad, no hubo evidencia concluyente hasta la fecha que confirmara si hacer gimnasia con frecuencia podría mejorar la inteligencia de las personas.
Ahora, un estudio liderado por investigadores del Departamento de Educación Física y Deportes de la Universidad de Granada, en colaboración con investigadores de Psicología de la misma universidad y con colaboradores externos nacionales e internacionales, demostró que los escolares que realizan ejercicio físico se desempeñan mejor académicamente.
Este trabajo, publicado en JAMA Network Open esta semana, prueba que el ejercicio físico practicado regularmente durante unos seis meses mejora la inteligencia total, especialmente la inteligencia cristalizada, que es el tipo de inteligencia asociada con el vocabulario verbal y la sabiduría adquirida a lo largo de la vida en un contexto escolar y más allá.
Flexibilidad cognitiva
Además, el programa de ejercicios mejoró significativamente la flexibilidad cognitiva, que es la capacidad mental de una persona para adaptarse a tareas o reglas cambiantes, mantener múltiples conceptos simultáneamente y cambiar la atención entre diferentes tareas / reglas.
Es importante tener en cuenta que el programa de ejercicios también mejoró el rendimiento académico general, y las matemáticas y la resolución de problemas recibieron el mayor beneficio.
“De estos hallazgos, extraemos un importante mensaje para llevar a casa para madres y padres: si sus hijos no se desempeñan bien académicamente, no los castigue con retirarlos de una actividad deportiva extraescolar”, señala Francisco Ortega, profesor de la Universidad de Granada e investigador principal del estudio.
“Tenemos que intentar asegurar un mínimo de ejercicio físico diario, idealmente 60 minutos al día de actividad física aeróbica de intensidad moderada, incluyendo al menos tres días a la semana de alta intensidad y también prácticas que estimulen el fortalecimiento muscular y óseo según lo recomendado por la Organización Mundial de la Salud (OMS)”, señala el profesor de la UGR.
El sobrepeso y la obesidad infantil
El sobrepeso y la obesidad son un importante problema de salud en el mundo desarrollado y en desarrollo, siendo especialmente preocupante en España, uno de los países líderes en el ranking de niveles de sobrepeso/obesidad en Europa con uno de cada tres niños que presentan esta afección.
La obesidad tiene efectos negativos en la salud general y, más recientemente, también se ha observado que tiene resultados a nivel cognitivo y cerebral.
“El presente estudio tiene importantes implicaciones para esta población expuesta a mayores riesgos”, afirma José Mora, profesor asociado del Departamento de Educación Física y Deportes de la Universidad de Granada. “Este estudio muestra que el ejercicio físico es una herramienta eficaz para contrarrestar los efectos negativos de la obesidad a nivel cognitivo y académico”.
Por último, los investigadores aseguran que el tipo de ejercicio físico realizado en este estudio es transferible al entorno escolar. El programa de ejercicios se basó en juegos grupales y sin equipo avanzado; implicaba correr en una cancha al aire libre y niños haciendo trabajo de fuerza con su propio peso corporal o el peso corporal de sus parejas.
Todo ello se realizó a una intensidad relativamente alta, siendo la intensidad media de la sesión completa en torno al 70% de la frecuencia cardíaca máxima de los niños, que ejercitaron una media de tres sesiones semanales de 90 minutos cada una, lo que sumaría 4,5 horas de ejercicio semanal.
“Si pudiéramos aumentar el número de horas de educación física hasta una hora diaria, como ya se hace en otros países europeos y se está demandando en España, podríamos mejorar la salud física y mental de los niños y, como demuestra este estudio, también la inteligencia, el rendimiento cognitivo y académico”, señala Francisco Ortega.