Exjugador de Lanús, Colón y Chacarita, el atacante, a los 35 años, ha tocado el cielo con las manos convirtiéndose nada menos que en el jugador más importante de la historia de Fluminense, el club del barrio Laranjeiras fundado en 1903, cuyo estadio fue el primero en el que jugó la selección brasileña.
Artillero del campeonato brasileño en 2022 con 26 goles, el argentino se hizo famoso también por festejar haciendo una L con sus manos, en homenaje a sus hijos Lorenzo y Leonella, esta última nacida en Río de Janeiro.
El delantero que batió todos los records para un argentino jugando para un equipo brasileño tuvo un paso por el fútbol colombiano actuando para Deportivo Pereira, Nacional e Independiente Medellin, además de los mexicanos Pachuca y León.
A Brasil llegó para jugar dos años en Vasco da Gama, donde brilló y ganó el interés de Fluminense, que apostó al proyecto del DT Fernando Diniz, que considera a Cano un jugador de un toque apenas, el último, el más importante.
La primera Copa Libertadores de Fluminense tiene acento argentino, en un club donde brilló hace una década Diego Conca, ex River Plate y Tigre.