Simone Biles fue, sin dudas, una de las grandes atracciones que tuvo esta edición de los Juegos Olímpicos. La gimnasta nacida en Ohio quedó segunda en la prueba de suelo, a solo 33 centésimas de la brasileña Rebeca Andrade, y cuando llegó el momento de la premiación generó una de las imágenes que quedarán en la historia de esta cita.
Es que con su compañera Jordan Chiles, ganó el bronce, decidieron hacer una reverencia cuando Rebeca subió al podio, en un claro gesto de respeto de las norteamericanas hacia la flamante campeona olímpica, con la que rivalizan desde hace años pero con quien mantienen una relación de respeto y amistad.
Las tres se hicieron 'selfies' en el podio y posaron de la mano ante los fotógrafos. Era el primer oro de Andrade en estos Juegos, tras dos platas y un bronce, siempre detrás de Biles. Ambas, que también fueron campeona y subcampeona en los campeonatos del mundo de 2023, fueron vistas entonces bailando juntas en una fiesta cuando acabó la competición.
"No puedo elegir, porque todas son especiales para mí. Nuestro bronce en la competición por equipos fue muy importante, era algo con lo que habíamos soñado como equipo y algo que yo también deseaba de verdad", aseguró Andrade y agregó: Sabía de mis posibilidades y lo di todo. Estaba luchando por conseguir por fin un oro, porque lo deseaba con todas mis fuerza".
"La gimnasia no es un deporte fácil, exige mucho de nuestro cuerpo y nuestra mente. Confiaba en ser capaz de gestionar toda la presión y trabajé con mi entrenador para conseguir lo que hemos hecho", afirmó.