Si bien el foco principal en Unión está puesto en intentar clasificar a la Copa Sudamericana, la renovación de Cristian González es tema de la agenda. Sobre todo después del ultimátum de la pasada conferencia, con declaraciones explosivas y presionando al presidente Luis Spahn.
Pocas veces se vio una arremetida tan marcada hacia un superior, que justo se caracteriza por priorizar la administración y no por hacer esfuerzos económicos por refuerzos. En la última reunión cara a cara, la tesitura fue diferente y más "amigable". Lógico, porque entrar en los chispazos permanentes tampoco es bueno.
El mandamás rojiblanco le hizo saber el deseo de que siga y le habría revelado el presupuesto que se destinaría para reforzar el plantel, pero sin un consenso general, ya que para el técnico sería insuficiente. Como está la cosa, su salario no sería un escollo, pero las distancias serían en los jugadores que estaría pidiendo, donde se incluye a los que finalizan contrato y pretende retener.
Las opciones por Nicolás Orsini y Gonzalo Morales son inviables, por lo que habría que ver si Boca los quiere volver a prestar, por citar algunos ejemplos. Mientras que Claudio Corvalán espera una propuesta. Estos temas también elevan la molestia de Kily, que nota que se patean las cosas para adelante en lugar de definirlas con celeridad.
Entonces, la renovación tiene más dudas que certezas por el momento y se espera por atención lo que tenga que decir el todavía técnico el lunes luego del partido ante Platense, donde el resultado podría mejorar o empeorar los ánimos. ¿Quién tiene la pelota hora?