Andrés Cunha, el árbitro que apeló a la tecnología y falló

Andrés Cunha dudó. Y la duda lo mató: el árbitro apostó por la tecnología para determinar si Raúl Ruidiaz, el delantero que convirtió el gol que le dio a Perú la histórica victoria ante Brasil, la había empujado con la mano. El uruguayo cobró el gol. El uruguayo se equivocó: el delantero utilizó todo el brazo para acariciar —literalmente— la pelota en la red. Cunha inauguró la tecnología y falló.
 

noche, en el partido que significó la eliminación de Brasil de la Copa América, apeló a la tecnología. Se acercó al juez de línea y pidió ayuda: dialogaba con alguien, del otro lado del intercomunicador, que le daba una respuesta; un veredicto. Entonces, de repente, se decidió: dio el gol como válido.

Y se equivocó.

Cunha será, desde ahora, el gran enemigo de Brasil.