Ni la llegada de Leonardo Madelón pudo darle el impulso que necesita a este Unión, que este miércoles perdió increíblemente en Santa Fe ante Palestino y prácticamente quedó afuera de la lucha por la clasificación en el grupo E de la Sudamericana. Matemáticamente hay chances, pero depende de combinaciones que suenan más a un milagro.

Una ilusión que se desplomó de golpe, al igual que la del torneo Apertura, donde terminó último en la zona A. Una expectativa demasiado alta al comienzo que deparó en una decepción incalculable. No solo en los hinchas, que hicieron el esfuerzo económico para acompañar, sino también en la dirigencia.

Primero con la forma pasional de Cristian González, a quien le trajeron todo lo que pidió y quedó claro que no estuvieron a la altura. Uno de los grandes déficits es la falta de gol, pese a la enorme inversión que se hizo para traer a José Angulo, Agustín Colazo y Marcelo Estigarribia. Apenas dos goles entre los tres (todos de Chelo). 

El que dio la cara en este sentido fue Lucas Gamba con sus cinco tantos para aunque sea dar pelea. Pero claramente esto no alcanza. El Tate no estuvo ni cerca de reemplazar las partidas de Nicolás Orsini, Adrián Balboa y Gonzalo Morales y lo pagó caro.

El fútbol no es matemático, pero a Unión los números no le cerraron nunca y la ilusión de ser protagonista en todos los frentes fue más un deseo que una realidad.