Ferrari confía en su nueva suspensión trasera para mejorar el rendimiento del SF25.

¿Está Ferrari preparando una evolución clave para que el SF25 de Hamilton y Leclerc brille en la segunda mitad del campeonato?

Ferrari está listo para estrenar una suspensión trasera actualizada este fin de semana en el Gran Premio de Bélgica, después de haberla probado en Mugello durante sesiones privadas.

El cambio más visible está en la pata delantera del brazo superior de la suspensión trasera, que ha sido reposicionada unos centímetros más abajo. Un detalle que ya habían adoptado Mercedes y McLaren a principios de temporada, y que ahora Ferrari incorpora a su monoplaza.

¿Para qué sirve? Este tipo de modificación tiene como objetivo reducir el cabeceo del coche —ese movimiento hacia adelante o atrás cuando se frena o acelera—. Al hacerlo, se estabiliza la plataforma aerodinámica del monoplaza, permitiendo que el flujo de aire que pasa por debajo del coche sea más constante y efectivo.

Más estabilidad y carga aerodinámica

Al reducir la diferencia en la altura trasera del coche entre bajas y altas velocidades, Ferrari puede ajustar el coche más bajo desde el inicio. Esto se traduce en más carga aerodinámica, especialmente en curvas lentas, donde el difusor trabaja mejor cuanto más cerca está del suelo. Un coche más pegado al suelo ayuda a que el aire se adhiera mejor al fondo plano, lo que se traduce en más agarre.

La nueva configuración también mejora el efecto "anti-elevación", gracias a la nueva posición del brazo de la suspensión (representado en amarillo en los esquemas técnicos). Pero no todo son ventajas.

Posibles riesgos: sensibilidad y desgaste

Como todo cambio técnico, esta evolución trae algunos compromisos. Por ejemplo, un coche con menos cabeceo puede sentirse más "duro" o insensible para el piloto. Esto puede dificultar la percepción del comportamiento del coche en situaciones límite.

Otro riesgo es que, al bajar la altura de manejo, el suelo del coche puede acercarse demasiado al asfalto a altas velocidades. Eso puede provocar un desgaste excesivo en la tabla del fondo plano, algo que está estrictamente regulado por la FIA.

Por eso, todo apunta a que Ferrari también ha hecho cambios internos en el sistema de amortiguación, aunque no sean visibles desde fuera. Los amortiguadores —tres en total— controlan cómo responde el coche a las cargas aerodinámicas. Si estos son más firmes, permiten mantener una altura más baja sin comprometer el desgaste permitido por reglamento.

Se cree que la configuración anterior de la suspensión no ofrecía el control necesario para aprovechar una altura de manejo tan baja. Ahora, con esta evolución y el nuevo fondo plano introducido en Austria, Ferrari confía en exprimir al máximo el potencial del SF25 de cara a la segunda mitad de la temporada.

 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

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