Agosto, caña y ruda: una costumbre que une

La gestora cultural Georgina Kieffer visitó LT10 y repasó el significado de esta tradición que se celebra cada primero de agosto.

Cada 1° de agosto, la tradición se repite en todo el país: tomar caña con ruda para honrar a la Pachamama, pedir salud, protección y conectar con las raíces. Georgina Kieffer, gestora cultural y divulgadora de esta tradición, visitó los estudios de LT10 y explicó en detalle el origen, el sentido y la forma de celebrarlo.

“Primero, la tradición, la costumbre decía que era el primero. El primero es porque es el primer día de agosto, pero en realidad en todo agosto debiera de hacerse”, indicó. Esta práctica está profundamente relacionada con la protección frente a enfermedades y carencias que históricamente azotaban ese mes: “Es el mes que más diezma y muerte extraía por enfermedades, por frío, por lluvia y por falta de buena alimentación”.

 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

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La caña con ruda no es solo una bebida: es un símbolo, una ofrenda y un acto de agradecimiento. Cada primero de agosto, miles de personas en distintas regiones del país toman este preparado ancestral para honrar a la Pachamama —la Madre Tierra— y renovar sus energías.

Georgina Kieffer profundizó en el significado de este ritual: "Es un rito de pasaje que marca el inicio del año para muchos pueblos originarios. Lo que se busca es protegerse, limpiar el cuerpo, la mente y el alma, agradecer, y también pedir. Es una forma de recordar que no estamos separados de la tierra", explicó.

El 1° de agosto es considerado el Día de la Pachamama, una fecha que se celebra con diferentes ceremonias y ofrendas en todo el continente. Entre ellas, la caña con ruda ocupa un lugar central.

"La caña se prepara con anticipación, se deja macerar con ruda macho durante varias semanas. El 1° de agosto se toma en ayunas, preferentemente tres tragos, pidiendo por salud y protección", detalló Kieffer.

Por qué se toma caña con ruda el 1 de agosto

La tradición tiene raíces guaraníes y quechuas, y en los últimos años se ha expandido a otras comunidades, incluso urbanas.

"No es algo folclórico ni una moda. Es un gesto de respeto profundo. Lo que tomás es mucho más que un trago: es un acto simbólico de cuidado, de conexión con la naturaleza y con lo invisible", agregó la especialista.

Georgina Kieffer también hizo énfasis en la dimensión comunitaria del ritual: "Se toma en familia, con amigos, se comparte. Es un momento para abrazar con el alma, para recordar a los que ya no están y para fortalecer lo que queremos cuidar".

Por otro lado detalló que “La Pachamama tiene su silla, su espacio y le van poniendo todos los platos... terminan de cenar, salen todos al patio o a la plaza, hacen un hoyo, le sirven todo lo que han comido y cierran con una montañita, eso es apapachar: abrazar con el alma”.

El ritual de la caña con ruda trasciende la costumbre: es una forma de resistencia cultural, una manera de volver a mirar a la tierra como madre y guía. Cada sorbo tiene un deseo, una memoria y una promesa.

Para quienes quieran contactarla, Georgina indicó que pueden buscar “eorgina García Kieffer  o caña con ruda artesanal” en Facebook o Instagram.

Y concluyó, entre risas: “No paso bajo la escalera, pero tampoco tomo caña porque sí. Hay que saber por qué se hace”.

Audio: Escucha la entrevista con Georgina Kieffer

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