Cada vez que Colón recibió el primer golpe casi siempre fue noqueado
Otro dato revelador indica que el Sabalero nunca tuvo reacción en la adversidad. Apenas una vez alcanzó un empate. ¡Mirá!
Siempre se dice que las estadísticas no definen nada, pero si clarifican algunas cosas. Por ejemplo, en lo que va de Primera Nacional, Colón nunca pudo revertir un resultado adverso en el Grupo B. Cada vez que empezó perdiendo, no lo pudo dar vuelta.
La única excepción fue aquel empate 1-1 frente a Gimnasia de Mendoza, de visitante, donde al menos rescató un punto y con un gol en contra, más allá de que la acción fue de José Barreto.
Más allá de ese episodio aislado, la tendencia es clara: cuando Colón recibe el primer golpe, no tiene respuestas. La falta de reacción es una marca registrada que explica por qué el equipo aparece entre los que más partidos perdió en su zona.
La incapacidad para sobreponerse en los momentos adversos lo llevó a encadenar rachas negativas que lo alejaron del objetivo. Lo que al inicio de la temporada parecía un objetivo posible, hoy es apenas un recuerdo.
El presente obliga a poner los pies sobre la tierra: la prioridad ya no es subir, sino sostenerse. Un escenario impensado. Colón no solo perdió solidez defensiva y contundencia en ataque. También perdió esa rebeldía indispensable para cambiar la historia en un partido. Y sin reacción, en el fútbol, el destino suele ser inexorable.