El regreso de la Fórmula 1 en Zandvoort generó debate más allá de la pista. Flavio Briatore, asesor ejecutivo de Alpine, se mostró crítico con Franco Colapinto, asegurando que la presión a la que está sometido el argentino es un obstáculo importante:

“Colapinto enfrenta el mismo problema que Antonelli en Mercedes: demasiada presión. Son seres humanos, casi niños”, señaló Briatore, y agregó comparaciones con Gasly y recordó el peso de reemplazar a Doohan.

Sin embargo, James Vowles, director de Williams y exjefe de Colapinto, salió en defensa del piloto:

“Cuando la presión no está, podés sacar mucho más del piloto, porque no se preocupa de un rendimiento inmediato que tenga impacto. Un buen ejemplo fue la primera vez que puse a Franco en Silverstone. Mi mensaje fue: ‘No tiene nada que ver con los tiempos por vuelta, se trata de que te relajes y disfrutes del momento’. Y dio una actuación sobresaliente”.

Vowles destacó que los jóvenes pilotos rinden mejor cuando pueden concentrarse en el proceso y no en la urgencia de los resultados, una visión que contrasta con la postura de Briatore, centrada en la necesidad de rendimiento inmediato en la F1.

Desde su ascenso como titular en Alpine, Colapinto ha disputado ocho carreras sin sumar puntos, condicionado por un monoplaza con poca fiabilidad. La comparación de Briatore con Gasly y el recuerdo del reemplazo de Doohan reflejan la presión adicional que vive el argentino, mientras que Vowles subraya la importancia de gestionar esa presión para permitir que el talento joven se exprese.

El debate entre ambos directivos refleja distintos enfoques sobre cómo acompañar a los pilotos emergentes en la máxima categoría, mientras Colapinto encara un desafío doble: adaptarse a la F1 y demostrar que puede rendir pese a la presión y las comparaciones.