La derrota ante Defensores de Belgrano terminó de consumar un golpe duro para Colón: el equipo ya no se encuentra entre los ocho primeros de la Zona B, quedando fuera de los puestos de clasificación al reducido por el ascenso. El Sabalero, que arrancó el año como uno de los grandes candidatos, hoy se hunde en la irregularidad y la preocupación es total en el pueblo rojinegro.

La pobre campaña explica el presente. Colón nunca logró consolidar una idea de juego, cambió de entrenadores en medio de la competencia y padeció una sucesión de errores dirigenciales que se trasladaron al campo.

El equipo pasó de ser protagonista hace un año a navegar en la mediocridad, acumulando derrotas y dejando escapar puntos claves que hoy lo dejan afuera del objetivo principal: pelear por volver rápidamente a Primera.

La falta de un proyecto sostenido, las contrataciones que no dieron resultado y la constante inestabilidad deportiva derivaron en este presente desolador.  La realidad marca que Colón deberá reaccionar rápido si quiere recuperar terreno y, al menos, ilusionarse con volver a meterse en la pelea por el ascenso en la próxima temporada.