La felicidad no siempre depende de grandes logros ni de la resolución de problemas complejos. Para Tal Ben-Shahar, psicólogo y profesor de la Universidad de Harvard, la clave está en pequeños actos repetidos cada día. Durante años, su curso sobre felicidad atrajo a miles de estudiantes y sus investigaciones en psicología positiva apuntan a un mismo concepto: la alegría se construye con decisiones conscientes y hábitos cotidianos.

Ben-Shahar sostiene que los momentos excepcionales no son los que definen el bienestar, sino la incorporación de prácticas significativas que, al repetirse, generan un efecto transformador. Según su método, estos son los cuatro hábitos esenciales:

1. Bailar cinco minutos al día. La música y el movimiento estimulan la liberación de endorfinas, mejoran el ánimo y reducen el estrés.
2. Confeti de cumplidos. Escribir mensajes positivos en notas adhesivas y dejarlos en espacios públicos ayuda a fortalecer vínculos y promover un ambiente más solidario.
3. El juego del “Sí, y…” se basa en improvisar una historia en la que cada frase comienza con esas palabras.
4. El frasco de la alegría. Anotar momentos felices y guardarlos cada día permite crear un archivo personal de recuerdos positivos al que volver en tiempos difíciles.