Colón se vacía: posesión irrelevante y pobres números ante Talleres (RE)
Las estadísticas del partido en el estadio Pedro Comelli reflejan que el Rojinegro jugó a no perder y se le quemaron los papeles cuando le hicieron el primer gol. Lapidario
En su visita a Talleres de Remedios de Escalada, Colón volvió a exponer todas sus limitaciones. Esta vez fue 2-0, pero más allá del resultado, lo que preocupa es la forma: un equipo sin reacción, sin chispa y, sobre todo, sin ideas. Salió a empatar y no supo qué hacer cuando el plan se desmoronó. Así, cuesta imaginar un destino distinto.
La imagen que dejó el Sabalero fue la de un equipo que camina con los ojos vendados. Tuvo la pelota más tiempo, es cierto, pero casi no lastimó. La estadística marcó 53% de posesión para Colón, pero el dominio fue ficticio. La circulación fue lenta, previsible y sin sorpresa. Solo siete remates en todo el partido (dos al arco), una cifra que retrata su falta de peso ofensivo.
En contraste, Talleres fue más claro, más decidido y mucho más vertical. Generó el doble de tiros (14) y aprovechó los espacios que Colón dejó cuando intentó, tarde y sin convicción, cambiar el ritmo. El local no necesitó del control del balón para hacer daño. Supo cuándo acelerar, cuándo cortar y cómo presionar alto. El resultado se explica en esa diferencia de intenciones.
Lo más alarmante es que esta película ya se vio. Colón volvió a repetir errores del pasado reciente: dependencia absoluta de lo que haga el rival, escasa rebeldía para cambiar el curso del partido y una preocupante falta de alternativas desde el banco. Tuvo más de 300 pases en el partido, pero casi ninguno rompió líneas ni generó algo distinto.
Mientras algunos pelean por entrar en la discusión de arriba, Colón se debate entre su confusión táctica y una identidad que nunca termina de aparecer. En partidos como este, queda claro que no alcanza con tocar la pelota. Hay que tener una idea, un plan B y, sobre todo, ganas de ir a buscar algo más. Y Colón, otra vez, no fue por nada.