Unión, uno de los 12 equipos que mantuvo entrenador en la Liga Nacional
Es algo más de uno de cada tres clubes los que modificaron a su conductor. Y de los que no cambiaron, varios lo habían hecho durante la 2024/25. Maxi Seigorman, uno de los que mantuvo su cargo, en el Tate.
Si bien la temporada 2024/25 de la Liga Nacional bajó un poco la máquina de tragar entrenadores de la 22/23 y 23/24, igualmente se dieron unos pocos: 4, con 2 en Argentino de Junín y 1 en Regatas Corrientes y Obras Sanitarias. Sin embargo, el receso fue mucho más movido y 7 serán los banquillos con nuevo coach, no casualmente distintos a los 3 que cambiaron durante la 2024/25. Si hiciéramos una cuenta simple diríamos entonces: de los clubes que empezaron la 2024/25 la mitad ya tiene otro coach.
Pues bien. Dentro de la particularidad de los 7 cambios de entrenadores, diremos que otra vez, a diferencia del año pasado, se fue a buscar bastante el asistente debutante, como fueron los casos de Martín Yangüela en Platense y Sebastián Burtin en San Lorenzo, que ya venían en sus clubes. Distinto, aunque debutante también, es el caso de Pablo Favarel en Gimnasia, con mucha experiencia como asistente en varios clubes (Quilmes, Regatas Corrientes, Olímpico y Ferro) más México, y DT principal en Indonesia, siendo campeón este mismo año. Incluso fue asistente de Prigioni en la reciente Americup.
Esto es un tema que algunos podrían calificar de suerte si sale bien, pero no parece a nuestro entender tener que ver eso demasiado. Obviamente lo primero es el plantel. Pero también después cómo manejar los momentos difíciles en una temporada con: muchos partidos, muchísimos viajes, muchos extranjeros en algunos casos a los que hay que adaptar, entender y manejar, posiblemente más partidos perdidos que ganados, enojos, malos humores y mil cuestiones más, en donde la experiencia muchas veces vale y, en otras, hay jóvenes que dan ese salto cuando se encuentran con la oportunidad. Veremos qué ocurre en cada caso.
Los otros cuatro que cambiaron son ejemplos totalmente diferentes. Instituto lo hizo por obligación, ya que Lucas Victoriano se fue a España a intentar tener su chance allí. El reemplazo elegido fue Diego Vadell, uno de los 4 cortados el año pasado, en Obras, que pronto no solo tendrá revancha, sino con un equipo y club top, que viene de ser protagonista central en los últimos 4 años. Vadell tendrá presión por mantener eso, sobre todo porque se le fueron 3 jugadores clave, como Negrete, Pomoli y Lugarini, más Aaliya. Dependerá más de los extranjeros, pero igual armó un equipo interesante con jugadores que conoce muy bien, como Saiz, e incorporaciones como la de Garello.
Olímpico comparte desafío con su elegido: Martín Villagrán. El comodorense será la primera vez que salga de su ciudad natal y los bandeños apostaron a que lo hará bien en su equipo. Olímpico viene de dos años difíciles, porque en la 23/24 se había ilusionado mucho con ganar el anillo y el año pasado, con menos presupuesto, no le dio para subir un escalón. Villagrán también repatrió a un selección argentina para que debute en el país (Bressan) y después fue por gente joven y 3 extranjeros bastante garantidos (Mijares, Ascanio y Granberry).
Peñarol, por su parte, fue por uno de esos que debutó hace poco y le fue bien, como Leo Costa, que realizó un muy buen trabajo en San Lorenzo y que ahora tendrá que demostrar que también puede hacerlo así en un equipo con aspiraciones más altas. Armó un equipo interesante, con un pilar de su último equipo (Basualdo), más jugadores de experiencia y talento. Gran desafío también para Leo.
El otro que cambió fue La Unión de Formosa, pero en su caso fue no solo a lo seguro, sino a alguien que conoce muy bien el paño del club: Guillermo Narvarte. El marplatense conoce perfectamente a La Unión, a su principal directivo, Mario Romay, y además fue el único que los metió en una final, en la 2015/16, donde cayeron ante San Lorenzo. Justamente de ese equipo también volvió Alexis Elsener, por lo que la movida generó expectativas. Mejoró mucho su plantel y deberá hacerlo funcionar. No es poco, pero la experiencia servirá mucho.