El reloj corre y en Colón saben que el tiempo apremia. El club de barrio Centenario tiene hasta el 15 de octubre para pagarle a Alberto Espínola, según lo dictaminado por el Tribunal Arbitral del Deporte (TAS). De no hacerlo, equedará inhibido para incorporar y comenzarán a acumularse los intereses de la deuda, algo que en la dirigencia intentan evitar a toda costa.

En los últimos días se intensificaron las gestiones para llegar a una solución antes del vencimiento. El caso se transformó en un dolor de cabeza financiero y jurídico, en un contexto donde los recursos son escasos y las urgencias muchas. Si bien el lateral paraguayo rechazó el plan de pagos extendido que propuso Colón, mantiene la voluntad de negociar, siempre que el club acerque una propuesta seria y respaldada económicamente.

El problema es que la caja está prácticamente vacía. A la falta de ingresos frescos se sumó el retraso de Platense en los pagos por el pase de Leonel Picco, lo que desacomodó por completo el esquema financiero que la dirigencia tenía previsto para afrontar esta obligación.

En este contexto, una de las alternativas que se analiza con mayor fuerza es la de gestionar un crédito bancario, opción que permitiría cancelar parte de la deuda y ganar algo de tiempo. Sin embargo, no se trata de una decisión sencilla, ya que implica nuevos compromisos financieros en medio de un escenario delicado.

Los próximos días serán claves para el futuro inmediato de Colón. La prioridad absoluta es cumplir con Espínola y evitar la inhibición, mientras en paralelo se avanza con rescisión de contratos y ajustes internos para reducir gastos.