El lunes marcará el regreso de Ezequiel Medrán y del plantel de Colón al predio 4 de Junio, tras una semana de descanso que sirvió para descomprimir después del abrupto final de la temporada. El Sabalero no tiene más competencia oficial en el horizonte, pero el trabajo no se detiene: el cierre de año estará atravesado por decisiones clave, tanto deportivas como institucionales.
Aunque el entrenador mantiene contrato vigente, su futuro está atado al resultado de las elecciones del 30 de noviembre, cuando se renovarán las autoridades. Medrán desea continuar y proyectar el 2026, pero sabe que su permanencia dependerá de lo que resuelva la próxima conducción.
En lo inmediato, la idea es retomar los trabajos con baja intensidad hasta fin de mes y luego conceder tres semanas de descanso, antes de volver a pensar en la pretemporada. Durante este período, la dirigencia planifica ajustar el plantel, con salidas confirmadas y otras en análisis, buscando aligerar compromisos económicos y evitar lesiones que compliquen el panorama contractual.
Sin partidos en el corto plazo, Colón transita una etapa de transición, donde cada decisión apunta a preparar el terreno para lo que vendrá. En el horizonte se asoma un nuevo año y, con él, la posibilidad de rearmar un proyecto deportivo que necesita estabilidad para volver a ser protagonista.