La séptima edición del Harlem Festival no solo superó con éxito el fin de semana largo, sino que se consolidó definitivamente como uno de los grandes hitos de la música en Argentina. La Estación Belgrano vibró durante el sábado 11 y domingo 12 de octubre, reuniendo a más de 25.000 personas y demostrando que la marca —nacida de una idea audaz— es hoy una referencia obligada en el país.

En diálogo con LT10, Osvaldo Ferrero, uno de los organizadores, resumió el secreto del crecimiento: el sello Harlem ha ganado tal credibilidad que muchos fans compran sus entradas “a ciegas”, confiando plenamente en la calidad de la propuesta.

La fiesta de los estilos

El festival volvió a triunfar con su fórmula basada en la diversidad, reuniendo a distintas generaciones bajo el lema “todo lo que nos gusta”.

La primera jornada estuvo encabezada por la banda uruguaya No Te Va Gustar, que hizo vibrar al público. El día también fue un verdadero crisol de estilos, con presentaciones de La Joaqui, la histórica Fabiana Cantilo, el pop-rock de Estelares y la propuesta urbana de Dante Spinetta y Zeballos. La noche cerró con un set extendido del DJ Mariano Mellino.

El cierre del festival mantuvo la energía en alto. Los referentes del rock nacional Las Pastillas del Abuelo y Bersuit Vergarabat hicieron revivir himnos generacionales. La escena más joven estuvo representada por el rapero C.R.O., Santiago Motorizado y artistas emergentes como Olivia Wall y Luz Gaggi. El festival concluyó con un closing set a cargo de Chapa & Castelo.

Detalles que marcan la diferencia

Más allá de la grilla artística, Ferrero destacó algunos factores que sumaron al éxito de esta séptima edición. El evento funcionó como una verdadera “maquinaria” que generó unos 1.500 empleos directos y se desarmó con una velocidad que sorprendió incluso a los propios vecinos.

Otro aspecto para resaltar fue la transmisión nacional en vivo, impulsada por el acompañamiento del gobierno provincial. Esta cobertura alcanzó picos de 40.000 espectadores, fortaleciendo aún más la identidad regional del evento.

Con la mirada puesta en un crecimiento “coherente” y la certeza de que el Harlem Festival ya es una marca instalada a nivel nacional e internacional, Santa Fe se consolida, sin dudas, como una verdadera “ciudad de eventos”.