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Gran cantidad de agua: una de las razones por las que las ciruelas se consumen a menudo en primavera y verano es su gran porte de agua, que mantiene hidratado al organismo. No obstante, junto con la fibra, esta también es necesaria para prevenir y mejorar distintos trastornos intestinales.
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Combate de la mucosidad: diversos estudios demuestran que las ciruelas cuidan el sistema respiratorio, ya que son consideradas un remedio natural contra la tos y los mocos. Por ello, son especialmente recomendadas para personas con bronquitis, debido a que ayuda a expulsar mucosidad de los pulmones.
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Fortalecimiento del sistema inmune: los flavonoides presentes en esta fruta cuentan con una gran actividad antioxidante que ayuda a proteger al organismo de los radicales libres. Gracias a esto, aumentan las defensas, lo que refuerza al sistema inmunológico.
Cómo saber si la ciruela está lista para consumir