El Gobierno nacional analiza la letra chica de una reforma laboral, incluida entre las transformaciones de primer y segundo grado previstas en el Pacto de Mayo durante el primer año de administración libertaria.

El presidente Javier Milei tildó el régimen actual de anacrónico y propuso una nueva reglamentación para que empleadores y trabajadores del sector informal puedan acordar y formalizar la relación.

Al respecto, Roald Báscolo, ministro de Trabajo de la provincia, dio su mirada sobre esta reforma y aseguró: "Desde lo conceptual, la reforma es necesaria, pero no solo eso, sino que deben ir de la mano de la reforma impositiva y la reforma previsional, porque no pueden separarse entre sí".

También enfatizó que "en Argentina hoy tenemos dos problemas, por eso los llamamos estructurales, y que necesitan soluciones estructurales. Una es el empleo informal, del 40 % (en el caso de Santa Fe está un poco por debajo, pero es un índice que se viene manteniendo en los últimos 20 años). Y, por otro lado, está la generación de nuevos puestos de trabajo".

En este sentido, Báscolo sostuvo que la reforma debería apuntar a estos dos problemas estructurales, ya que la reforma laboral por sí sola no alcanza, pues "no genera puestos de trabajo en sí, sino que hace falta un plan productivo o una reforma impositiva que haga más competitiva a las empresas o fomente las nuevas inversiones, e incluso abordar las cuestiones financieras para tener créditos razonables y a largo plazo".

"No la trataría como algo aislado, porque por sí sola no va a generar nuevos puestos de trabajo ni incentivar la formalización", agregó el ministro.

Sin embargo, sostuvo que "lo positivo es el llamado al diálogo y que quieran hacer reformas por vía parlamentaria, donde van a necesitar acordar con otras fuerzas políticas o con otras provincias" y destacó que se pretenda hacer mediante leyes y no por decreto: "Por eso, yo hablo de un paquete de reformas estructurales que necesita el país para hacer frente a estos problemas, que son de larga data".