La novela llegó a su capítulo final: Jerónimo Dómina no seguirá en Unión y, salvo un giro histórico, continuaría su carrera en Cádiz, de la Segunda División de España. El delantero, que hace meses está apartado por no renovar su contrato, mantuvo su postura pese a terminar su relación con el grupo Squadra y quedará libre.
Según pudo saber Diez en Deportes, el atacante —asesorado por un familiar— mantuvo charlas con la dirigencia para intentar una salida dejando algo a cambio: un resarcimiento de 100.000 dólares y el 15% de una futura venta para que Unión no perdiera totalmente su inversión en la formación.
Sin embargo, la propuesta cayó muy mal en el presidente Luis Spahn, quien todavía soñaba con convencerlo de renovar. La relación, ya desgastada, terminó de romperse.
Sin acuerdo ni margen para retomar el diálogo, el delantero se irá libre. Unión, una vez que firme contrato en su nuevo club, solo podrá acceder a los derechos de formación, que ascenderían a 378.000 dólares. Muy lejos del valor que el Tate imaginaba para una de sus máximas promesas de inferiores.
Así, la historia termina con sabor amargo para el Tate: pierde a una joya del semillero y se quedaría apenas con un ingreso menor, mientras Dómina emprende su viaje al fútbol español con una imagen que quedó desdibujada para la gente por una negociación que nunca logró encarrilarse y que él siempre tuvo clara.