En Unión ya casi nadie duda, ya que se está está muy cerca de dar un paso institucional enorme: la adquisición del predio Casasol. Todo indica que la confirmación será cuestión de tiempo. El movimiento no es menor, porque significaría incorporar al patrimonio rojiblanco un espacio que hoy es el corazón operativo del fútbol profesional.
Casasol se volvió una pieza clave en la estructura. Sus canchas, siempre prolijas y en niveles de excelencia le dieron al plantel un lugar a la altura de la competencia. En los últimos años, el predio dejó de ser un buen recurso para convertirse en un componente indispensable para sostener un trabajo de calidad.
Mientras tanto, las señales ya están a la vista. En el ingreso al predio se realizaron distintos arreglos y se está instalando otro mástil, emergiendo como un símbolo de lo que viene. Por lo que pudo saber Diez en Deportes, la apuesta también incluye una renovación: el complejo pasará a llamarse Casa Unión, una denominación que busca reforzar la idea de pertenencia y asumir, de una vez por todas, que ese lugar es y será la base del proyecto deportivo.
Si la operación se concreta, Unión habrá logrado algo que durante años parecía inalcanzable: asegurar para sí un espacio moderno, funcional y estratégico. No será solo una compra; será un mensaje. Unión quiere crecer, profesionalizarse y respaldar su futuro con infraestructura propia. Casasol —o mejor dicho, Casa Unión— está a un paso de convertirse en el mejor ejemplo de ese camino.