Unión da un paso institucional histórico: cerró el acuerdo con la familia Malvicino para la adquisición del predio Casasol. Una negociación que atravesó diferentes etapas y que finalmente llegó a buen puerto en las últimas horas. Se trata de una de las decisiones más trascendentes de la gestión encabezada por Luis Spahn, no solo por la magnitud económica de la operación —cuyo monto aún no se hizo público— sino por lo que representa en términos de patrimonio y proyección deportiva.

El predio, que ahora pasará a llamarse Casa Unión, se transforma así en un espacio propio, pensado para el desarrollo integral del fútbol profesional. Cuenta con tres canchas y la posibilidad concreta de construir una más, además de instalaciones que permitirán trabajar con mayor comodidad y profesionalismo en todas las categorías. Un hotel de concentración.

La dirigencia realiza un esfuerzo millonario en dólares para asegurar un lugar que Unión venía utilizando pero que no figuraba dentro de sus bienes. Convertirlo en patrimonio del club era una necesidad largamente mencionada y ahora se vuelve realidad. Incluso ya pueden observarse los primeros signos de renovación, como la instalación de un nuevo mástil en el ingreso al predio.

Tal como adelantó Diez en Deportes, el anuncio oficial está al caer (¿este viernes?). Cuando eso ocurra, Unión podrá celebrar una de las gestiones más relevantes de los últimos años: consolidar un espacio propio para trabajar, crecer y proyectar el futuro deportivo del club.