Adorni debuta al frente del Gabinete y acelera el cierre del Consejo
El nuevo jefe de Gabinete encabezará dos reuniones clave en Casa Rosada: una con todos los ministros y otra del Consejo de Mayo, donde se pulen las reformas laboral y tributaria que el Gobierno busca enviar al Congreso.
En una jornada decisiva para la estrategia legislativa del oficialismo, Manuel Adorni hará este martes su debut como jefe de Gabinete tras la salida de Guillermo Francos. Desde las 9.30, el funcionario encabezará una reunión con todos los ministros en Balcarce 50 para ordenar la coordinación interna en un momento crítico para la Casa Rosada.
Más tarde, a las 11.30, asumirá por primera vez la conducción del Consejo de Mayo, el cuerpo encargado de delinear la versión final de los proyectos de reforma laboral y tributaria que el Gobierno pretende presentar en sesiones extraordinarias. La intención es cerrar los últimos detalles antes del recambio legislativo de diciembre, un calendario que impone celeridad y deja poco margen para desacuerdos internos.
La llegada de Adorni al mando de la Jefatura marca un cambio de timón. Confiado dentro del círculo íntimo del Ejecutivo, el nuevo jefe de Gabinete recibe el encargo de ordenar ministerios, agilizar decisiones y fortalecer el vínculo con los gobernadores. La periodicidad establecida para las reuniones —cada diez días— busca imprimir un ritmo más intenso a la gestión.
El Consejo de Mayo será hoy el escenario principal. Reformas en vacaciones, licencias, modalidad laboral, indemnizaciones y cambios tributarios forman parte del paquete que se discutirá con miras a una presentación unificada. La orden es clara: terminar los debates técnicos, evitar nuevos roces y blindar políticamente la propuesta.
Sin embargo, persisten dudas. La velocidad que impulsa el Ejecutivo deja interrogantes sobre la profundidad del debate, la solidez técnica de los proyectos y la capacidad de contener tensiones dentro del propio oficialismo. Además, no está claro cuánto margen tendrán los gobernadores para aceptar la redacción final sin pedir modificaciones. En un contexto de negociaciones sensibles, cualquier chispa puede tensar un escenario que ya viene cargado.
Con un Congreso expectante y una agenda de reformas que promete impacto nacional, Adorni enfrenta su primera prueba de fuego como articulador político del Gobierno.