La campaña de venta de panes dulces que impulsa Manos Abiertas busca sostener una red de acciones solidarias que, a lo largo del año, acompañan a niños, adultos mayores, personas en tratamientos médicos y familias en situación de vulnerabilidad. La propuesta no solo apunta a recaudar fondos, sino también a fortalecer el lazo comunitario que permite mantener en marcha cada uno de los espacios de la organización.

En diálogo con el móvil de LT10, Ana Pompone explicó que «los ingresos nos permitirán continuar con las meriendas en los hospitales, el acompañamiento a las señoras en los talleres, en el aprendizaje de los oficios». Además, remarcó que la idea de la campaña es que quienes colaboren «nos van a ayudar a encender una Navidad para todos».

La referente señaló que el pan dulce tiene un costo de 8.000 pesos y que los pedidos se reciben hasta el 6 de diciembre. «Es una panadería barrial que está aguardando esta colaboración de la gente para poder activar también su empresa y van a ser unos panes dulces sumamente frescos, ricos, con chip de chocolate», destacó. A su vez, valoró el acompañamiento permanente de la comunidad: «La comunidad santafesina es muy generosa, siempre nos está apoyando, nos está acompañando en todas las actividades que realizamos».

Pompone recordó que Manos Abiertas tiene presencia en todo el país: «Está en diez provincias de Argentina, tenemos doce delegaciones: en Santa Fe capital y en Rafaela». La ONG trabaja en diferentes dimensiones —salud, educación y promoción social— con propuestas diversas. Por ejemplo: «En Alto Verde estamos con la Escuela de Oficios Papa Francisco, que da talleres de herrería, carpintería, cocina y electricidad. También tenemos un centro educativo donde se brinda apoyo escolar y talleres para mujeres y adultos».

En la ciudad de Santa Fe, el voluntariado sostiene acciones en ámbitos sanitarios y sociales. «Vamos al Hospital Orlando Alassia, al área de oncología pediátrica, donde se comparten meriendas con los niños», contó. También acompañan a adultos en tratamiento oncológico alojados en ACUPA y, con mucha alegría, este año sumaron otro grupo de voluntariado, el de Madre Teresa. A esto se agrega el trabajo en geriátricos y hogares de adultos mayores, donde se alivia la soledad a través de la escucha o de alguna actividad. Para quienes no pueden acceder a espacios religiosos, existe otro equipo: «También se les ofrece, a través de un grupo que se llama Mamantula, ejercicios espirituales».

La sede local también mantiene una feria americana permanente que sostiene parte del funcionamiento de la ONG. «Mucha gente nos dona ropa, electrodomésticos, muebles... Las voluntarias lo clasifican y se vende a bajo costo; esto permite que toda persona dignamente pueda adquirir lo que necesita», precisó.

Consultada sobre cómo sostienen las actividades en un año complejo, Pompone fue clara: «Siempre decimos que nos sentimos como bendecidos porque la gente nos apoya muchísimo. Nuestro voluntariado es nuestra mina de oro: son ciento cincuenta personas que donan su tiempo». Además, remarcó la sensibilidad del trabajo cotidiano: «No somos ajenos a la realidad económica, pero tenemos esa sensibilidad de poder dar más, atendiendo a todas estas dolencias que advertimos».

Entre los desafíos pendientes, adelantó que buscan avanzar en nuevas áreas de acompañamiento. «Sabemos que hay mucha necesidad de atender a la gente que está en situación de calle; ojalá lo podamos llevar adelante en años próximos», manifestó. También mencionó la preocupación por «la violencia, las adicciones» y la importancia de la capacitación para acompañar esos procesos. A esto sumó el trabajo conjunto con otras instituciones: «Estamos convencidos de que es la única manera: juntarnos y trabajar todos por un mismo fin, que en este caso es ayudar al que más lo necesita».

Quienes quieran colaborar pueden hacerlo a través de los contactos publicados en el material de difusión o por las redes sociales de Manos Abiertas Santa Fe.

Audio: Escucha el movil de Veronica Ensinas