Informe de la UCA: la pobreza es de 36,3% y cayó más de 9 puntos

Así lo indica el Observatorio de la Deuda Social (ODSA) de la Universidad Católica Argentina. En tanto, la indigencia se redujo a 6,8%.

La tasa de pobreza en la Argentina se ubicó en 36,3% al cierre del tercer trimestre, mientras que la indigencia afecta al 6,8%, según el último informe del Observatorio de la Deuda Social (ODSA) que elabora la Universidad Católica Argentina (UCA).

De esta forma, la pobreza cayó 9,3 puntos con relación al mismo período del año pasado y 8,4 puntos frente al tercer trimestre de 2023, antes de la asunción de Javier Milei, de acuerdo a la metodología de la UCA.

Según indicó el trabajo publicado hoy, los datos referidos a la pobreza provienen del análisis de las privaciones monetarias (pobreza e indigencia por ingresos) y de indicadores complementarios como el estrés económico y la inseguridad alimentaria.

Estos datos se basan en estimaciones de la Encuesta de la Deuda Social Argentina (EDSA) del ODSA de la UCA y datos empalmados/reconstruidos de la EPH-INDEC, abarcando generalmente el período 2010-2025.

Definiciones de Pobreza e Indigencia
• Pobreza: Se define a los hogares como pobres si sus ingresos se encuentran por debajo del umbral del ingreso monetario necesario para adquirir una canasta de bienes y servicios (Canasta Básica Total o CBT).

• Indigencia: Se considera indigentes a los hogares cuyos ingresos no les permiten adquirir el valor de la Canasta Básica Alimentaria (CBA), que cubre un umbral mínimo de necesidades alimenticias.

Cronicidad de la Pobreza (2024-2025):
• La población crónicamente pobre (que siempre estuvo en situación de pobreza por ingresos entre 2024 y 2025) representa el 27.6% del total.

• La cronicidad es significativamente mayor en los estratos más bajos: en el nivel Muy Bajo, el 60.9% de la población permaneció crónicamente pobre entre 2024 y 2025.

Cabe destacar que aunque los datos más recientes de 2025 muestran una reducción de las tasas de pobreza e indigencia por ingresos respecto a los picos de la crisis de 2024, alcanzando niveles similares a 2022/2023, la pobreza crónica estructural persiste, especialmente en los estratos socioeconómicos más bajos.

“Estas mejoras relativas se deben, en parte, a la estabilización inflacionaria y al refuerzo de transferencias sociales, pero no implican un cambio estructural en las condiciones de vida ni en la alta desigualdad”, concluyó la UCA.