El Gobierno de Santa Fe presentó un análisis actualizado sobre las condiciones hidrológicas y climáticas que influyen en el comportamiento del río Paraná. Según el estudio, se prevé que el caudal mantenga niveles medios a bajos durante los próximos meses, con lluvias inferiores a las normales y una tendencia climática vinculada a La Niña.

Las proyecciones coinciden con un escenario regional de precipitaciones escasas que afectarán especialmente al litoral argentino y podrían derivar en complicaciones productivas, ambientales y operativas para distintos sectores.

En este contexto, el ingeniero Juan Borús, referente del Instituto Nacional del Agua (INA), explicó en diálogo con LT10 qué esperar del comportamiento del río y cómo podría evolucionar la situación en el corto y mediano plazo.

Al ser consultado sobre el escenario actual, Borús fue contundente: "No es el mejor, porque a las lluvias escasas se le suma un panorama definido: en diciembre, enero y febrero habrá precipitaciones por debajo de lo normal", detalló.

El especialista advirtió que la provincia de Corrientes será una de las más afectadas. "Preocupa la posibilidad de incendios durante el verano, como ya pasó, y más aún que sea la provincia de Corrientes la más castigada", señaló.

Tres zonas, tres comportamientos

Borús explicó que la situación puede dividirse en tres grandes regiones:

Río Uruguay: Según indicó, hasta ahora tuvo un buen caudal, pero "el verano sería seco y presentaría una situación de aguas preferentemente bajas".

Mitad norte de la Cuenca del Plata: Allí la previsión no es tan clara, aunque se esperan "lluvias del orden de las normales, o quizá por debajo". En ese escenario, los niveles del Paraná "no serían muy distintos" a los actuales y podrían descender hacia los 2,20 metros en Santa Fe sin llegar a situaciones extremas. "Estamos muy lejos de una situación como la bajante extrema de 2020-2022", remarcó.

Ríos provinciales (como el Salado): Borús adelantó que "se mantendrá en aguas bajas, decididamente, con caudal acotadísimo" hacia fin de año y durante los primeros meses de 2026.

Las lluvias que podrían sostener el nivel del Paraná

Aunque el panorama general es de escasez, el ingeniero explicó que en el corto plazo podrían presentarse eventos favorables:

"Se armaría una condición de lluvias sobre toda la Alta Cuenca del Paraná y eso va a ser una manera de sostener el caudal del río Paraná y estos niveles del orden de 2,80 en Santa Fe", afirmó.

De todas maneras, adelantó que hacia fines de diciembre y principios de enero esas precipitaciones deberían aflojar, lo que generaría un descenso leve pero sostenido.

"De aquí al 28 de febrero los niveles deberían mantenerse en aguas medias-bajas", estimó.

Riesgos de eventos intensos y el rol de la Defensa Civil

A pesar de una tendencia general a lluvias inferiores a lo normal, Borús aclaró que eso no descarta fenómenos intensos de corto plazo, especialmente en áreas urbanas.

"Eso que pasó en Vera este año no es una sorpresa: es parte de este juego de lluvias erráticas intensas", sostuvo.

Por ello, recomendó un seguimiento riguroso del pronóstico: "Las defensas civiles locales tienen que estar permanentemente alertas al pronóstico de corto plazo, ese que se marca en el Servicio Meteorológico Nacional", enfatizó.

Sin señales de crecidas extraordinarias

Consultado sobre la posibilidad de un repunte del caudal, Borús fue claro: "No, no, no, estamos lejísimos de eso", dijo, descartando cualquier escenario de crecida extraordinaria en los próximos meses.

También se refirió a proyecciones internacionales a largo plazo, advirtiendo que deben interpretarse con cautela: "La variabilidad climática está tan dinamizada que limita mucho la capacidad de interpretación, no nos vamos mucho más allá de febrero", explicó.

Audio: Escucha a Juan Borus