La semana comienza cargada de gestión para Unión, que decidió pisar el acelerador en una de las decisiones más relevantes de su rearmado institucional: la designación del nuevo secretario técnico, un puesto que será obligatorio desde 2026 y que en Santa Fe quieren definir antes del cierre del año.
Por eso, el presidente Luis Spahn tiene previsto viajar a Buenos Aires para avanzar en reuniones y, si todo marcha como esperan en la sede de López y Planes, regresar con el nombre ya acordado.
La búsqueda no es sencilla. El club necesita una figura que pueda ordenar el mercado de pases, trabajar codo a codo con el cuerpo técnico de Leonardo Madelón y sostener un proyecto deportivo que viene de meses agitados. La dirigencia pretende que quien ocupe el puesto llegue con poder real de decisión y una visión moderna del rol.
Un casting con nombres fuertes pero sin certezas
A lo largo de las últimas semanas circularon varios apellidos, aunque ninguno se consolidó como opción definitiva. El primero que tomó fuerza fue el de Sebastián Peratta, reconocido por su destacada labor en Independiente Rivadavia de Mendoza. Su perfil encajaba a la perfección con lo que Unión buscaba, pero la propia institución mendocina hizo saber que no soltará a su director deportivo, especialmente con el enorme desafío de disputar la Copa Libertadores, el hito más importante de su historia reciente.
Otro de los mencionados fue Raúl Armando, un hombre muy identificado con Unión, aunque él mismo se encargó de apagar los rumores: confirmó que no recibió ninguna llamada por parte del club. Con esa aclaración pública, su nombre quedó automáticamente fuera de carrera.
Después apareció Santiago Zurbriggen, exdefensor tatengue con la licencia Pro requerida para el cargo. Su perfil profesional interesa, pero no es —según lo que trascendió— la prioridad en este momento.
A pesar de los rumores que circulan en el ambiente, Unión mantiene sigilo total respecto del elegido. Lo que sí se deslizó desde fuentes cercanas a la dirigencia es que el principal candidato es un exjugador del club, alguien con pasado rojiblanco que mantendría una excelente relación con Madelón.
Ese dato no es menor: el entrenador pidió, puertas adentro, trabajar con una persona de absoluta confianza, con la que pueda coordinar el armado del plantel y la planificación deportiva. La coincidencia entre las preferencias del DT y el proyecto dirigencial parece ser clave para llegar a un nombre definitivo.
La intención de Spahn es clara: cerrar el tema ya, antes de que comience el trabajo fuerte de enero y antes de que el rol se vuelva obligatorio por reglamento.
Si las negociaciones prosperan en Buenos Aires, Unión podría anunciar a su nuevo secretario técnico en cuestión de días. Y así, después de un largo período sin esa pieza fundamental, empezar a ordenar su futuro deportivo con una estructura más sólida.