La reestructuración en Colón avanza y empieza a dejar efectos concretos. Con la salida de Christian Bernardi, Emmanuel Gigliotti y Guillermo Ortiz y el trabajo en marcha para lograr también la desvinculación de Luis Rodríguez, el Sabalero se desprende de un bloque que representaba más del 50% del presupuesto total del plantel en la última temporada.
La decisión no sorprende desde lo deportivo: Ezequiel Medrán no tenía a ninguno de ellos en sus planes para el 2026. Sin embargo, sí impacta lo cuantioso de los salarios que estos cuatro nombres —considerados Clase A por jerarquía y trayectoria— absorbían dentro de la estructura económica del club. En este contexto, el flamante director deportivo Diego Colotto fue el encargado de comunicarles la determinación, para que luego la dirigencia avanzara con cada desvinculación.
Sus rendimientso ya no estaba alineados con la inversión que implicaba sostenerlos. La nueva conducción futbolística lo entendió así y tomó una medida clave: alivianar la masa salarial para dar lugar a un plantel más acorde al proyecto que quiere llevar adelante Medrán. De igual modo, es un gasto grande también concretar sus salidas.
Con este movimiento, Colón no solo trata de ordenar su economía, sino que además abre espacio para incorporar jugadores dentro de un perfil más adecuado a la categoría y a la planificación deportiva que viene. La depuración continúa y el 2026 empieza a tomar forma con un mensaje claro: eficiencia, recambio y un plantel renovado.