La cuarta caída consecutiva de Colón en la Primera Nacional dejó algo más que un nuevo traspié en la tabla: también una imagen que refleja el duro presente del equipo. Tras el 1 a 0 sufrido frente a San Telmo, se vio al entrenador Martín Minella y a su cuerpo técnico sentados en el borde del campo, con gestos de preocupación y resignación que hablan por sí solos.
El equipo Diez en Deportes pudo capturar ese momento, un silencio incómodo fuera del vestuario mientras esperaban volver a ingresar.
El Sabalero volvió a mostrar falencias futbolísticas, sin capacidad de reacción y con un nivel colectivo que no consigue levantar. Minella buscó variantes desde el banco, pero los cambios no lograron torcer el rumbo de un equipo que nunca encontró claridad en ataque y que pagó caro una distracción defensiva en el primer tiempo.
La postal de la Isla Maciel, con el cuerpo técnico cabizbajo y en silencio, simboliza un presente alarmante: Colón acumula cuatro derrotas seguidas y la presión crece en un campeonato que exige respuestas inmediatas. La derrota no solo golpea en lo deportivo, sino también en lo anímico, en un plantel que deberá reaccionar rápido para no complicar aún más su futuro.