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Al menos dos hombres resultaron heridos de bala esta madrugada en la novena jornada de protestas por la muerte de Michael Brown, un joven afroamericano de 18 años asesinado por un policía en la localidad estadounidense de Ferguson (Missouri).

 Por su parte, la organización racista Ku Klux Klan (KKK) anunció que celebrará un acto para recaudar fondos para el policía que asesinó de seis disparos y a plena luz del día a Brown.

Centenares de manifestantes volvieron a ocupar anoche la Avenida West Florissant, de Ferguson, epicentro de las protestas, en una concentración que comenzó pacífica y terminó a la madrugada con enfrentamientos, detenciones, dos heridos de bala y el uso de gases lacrimógenos y bombas de humo para dispersar la protesta.

El capitán de la Patrulla estatal de Carreteras, Ron Johnson, quien no supo proporcionar información sobre los heridos, aseguró que ningún agente policial participó en los tiroteos, informó la agencia de noticias EFE.

La tensión creció a partir de las 22 (00 de Argentina), cuando la Policía, fuertemente armada, comenzó a despejar a los manifestantes después de que varias personas lanzaran cócteles molotov, botellas y otros objetos contra los agentes.

Centenares de manifestantes volvieron a ocupar anoche la Avenida West Florissant, de Ferguson, epicentro de las protestas, en una concentración que comenzó pacífica y terminó a la madrugada con enfrentamientos y detenciones Ayer, el gobernador del Estado de Missouri, Jay Nixon, solicitó la ayuda de la Guardia Nacional para colaborar con la policía "en la restauración de la paz", luego de la preocupación surgida a raíz de la respuesta excesivamente militarizada de la policía de Ferguson, una localidad de mayoría afroamericana ubicada en el noreste de Missouri, en el condado de St. Louis.

Sin embargo, el despliegue de la Guardia Nacional no logró apaciguar la tensión en una de las noches con mayores disturbios desde el comienzo de las protestas hace algo más de una semana tras el asesinato de Brown.

El presidente Barack Obama, el primer mandatario negro de Estados Unidos, dijo ayer que pidió a Nixon un uso "limitado" de la Guardia Nacional para sofocar las protestas en Ferguson.

Y agregó que enviará al fiscal general, Eric Holder, para investigar las circunstancias en que ocurrió la muerte de Brown, cuya familia denuncia que se trató de un caso de gatillo fácil con tintes racistas.

Por otro lado, el líder de la formación racista KKK, Charles Murray, detalló que todo el dinero recaudado en el acto de Ohio será destinado "al policía que hizo su trabajo contra ese negro criminal" y advirtió, a cualquiera que se oponga al acto, que los organizadores "portarán armas".

Además, anticipó los planes de la organización racista para "proteger las empresas de los blancos".

"Con los negros fuera de control, tenemos un grupo que irá a los alrededores de Ferguson. No podemos permitir que haya negros matando y robando a blancos inocentes", señaló la organización racista en un comunicado.

El alcalde de Sullivan, Thomas Leasor, aseguró que la Alcaldía no fue informada de los planes del KKK.

"No hemos respaldado ni respaldaremos ninguna actividad basada en el odio, y más específicamente en una basada en el odio racial", remarcó Leasor.

Brown murió el 9 de agosto cuando un agente de policía le disparó pese a que el joven estaba desarmado y no opuso resistencia cuando el agente abrió fuego, según declaró un testigo y aseveró la familia de la víctima.

Las conclusiones preliminares de la autopsia realizada por Michael Baden -un experto forense que revisó las del presidente John F. Kennedy y Martin Luther King- sugieren que Brown se había entregado cuando fue tiroteado.

Shawn Parcells, uno de los expertos forenses presentes en la autopsia, explicó que una de las balas alcanzó a Brown en la parte superior de la cabeza y otra entró por encima de la ceja derecha para salir por la mandíbula y volver a entrar en su cuerpo.

Parcells también sostuvo que no está claro si las múltiples heridas que el joven Brown presenta en los brazos se deben a que los tenía levantados porque se estaba entregando, tal y como asegura un testigo.