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 Este jueves, en la Catedral Metropolitana de nuestra ciudad, se llevó adelante un encuentro que reunió al intendente José Corral y a representantes de diferentes credos religiosos para elevar una oración por la Paz en la Franja de Gaza y todos los conflictos bélicos del mundo.
En este pedido por el cese del fuego en Medio Oriente, además del mandatario santafesino, también participaron el Arzobispo de Santa Fe, monseñor José María Arancedo; el presidente de la DAIA filial Santa Fe, Horacio Roitman; en representación de la comunidad Islámica de Santa Fe, Roberto Ale; por la Iglesia Evangélica, Daniel y Walter Altare; el vicegobernador de la Provincia, Jorge Henn; el diputado nacional Mario Barletta; el senador provincial Hugo Marcucci; los concejales Mariano Cejas, Adriana Molina, Leandro González, Ignacio Martínez Kerz y Tomás Norman; y los secretarios del Gobierno de la Ciudad, de Gobierno, María Martín, y General, Carlos Pereira.

Pedido comunitario

Durante el encuentro de las comunidades, se pudieron escuchar las voces evangélicas, islámicas, judías y católicas. El representante de la DAIA en Santa Fe, Horacio Roitman, manifestó: “Esta participación de todos es un reflejo de un trabajo en conjunto, en el cual existe una sana convivencia, donde también hay proyectos en conjunto con el resto de los credos; y en esta oportunidad entendíamos que teníamos que aportar un granito de arena para buscar en forma espiritual el pedido de paz en Medio Oriente y en todo el mundo”.
Luego de leer el primer versículo del Corán, en representación de la comunidad Islámica, Roberto Ale, señaló: “Los mensajes del creador (Alá) siempre apuntaron a la paz, a la reconciliación, a la justicia, al amor; a llevar el mensaje de que todos somos hermanos a pesar de las religiones, de las ideologías y de las razas diversas. Estamos aquí convocados para un mensaje de paz y justicia. El hombre es uno solo, las alegrías y las penas se comparten, todos queremos un mundo de comprensión y felicidad; pero llegó el odio al corazón humano, porque el corazón humano se alejó de Dios. Y es una pena, porque en el mundo hay espacio para que vivamos todos en paz”.
Por último, el arzobispo monseñor José María Arancedo se manifestó “muy contento” por observar a toda la comunidad reunida, y aseguró: “Celebro que en Santa Fe haya surgido esta inquietud, este deseo de reunirnos entre los diversos credos, como hombres y mujeres de buena voluntad que llegaron para rezar por la paz. Necesitábamos reunirnos en estos momentos para testimoniar nuestra fe en Dios y decirle al mundo que nunca la fe en Dios, el padre de todos, puede ser el fundamento de la muerte, ni de la guerra. No podemos acostumbrarnos a vivir en un clima de violencia y de muerte que deteriora la dignidad humana y genera odios que marcan un futuro irreconciliable entre los pueblos”.