La Villa está ubicada en West Don, a lo largo de la calle Front Street, entre Bayview Avenue y Cherry, muy cerca del lago Ontario. Posee una superficie de 324.000 metros cuadrados y, si se considera a los oficiales de las distintas delegaciones, cobijará alrededor de 10.000 personas hasta el 26 de este mes, día final de competencias.
Como suele ocurrir en otras citas, el complejo de departamentos que hoy ocupan atletas de 41 países será destinado para vivienda social para habitantes de Toronto. Por allí andaban ilusionados Ezequiel Cappellano, Rocío Berbel Alt y Maira Arias, de patín carrera, paseando por las tiendas de la zona internacional, contigua a la Villa.
"Estamos muy cómodos en los departamentos, marcha todo en orden. ¿Nervios? No, estamos tranquilos", coinciden durante la vigilia de sus competencias, el 12 y 13. El comedor ya funciona a pleno, con instalaciones y calidad de alimentación a tono de lo que se esperaba para la previsión canadiense.
Los deportistas tienen, además, vastas salas de esparcimiento, con servicio de wi fi tanto en las habitaciones del complejo como en el resto de las dependencias del predio. Además, al igual que en la zona internacional, cuentan con locales de merchandising de los Juegos, servicios de peluquería y manicuría y un almacén de productos varios.
Todo fluye hasta aquí, cada uno con su función: los 23.000 voluntarios guían a los deportistas y a los oficiales desde el aeropuerto Pearson, bailarinas que ensayan sus coreografías y dirigentes que se aprestan a participar de distintas reuniones de planificación. Empieza a subir la temperatura de Toronto 2015, bajo el fulgor de la llama panamericana.